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TikTok: Tres ‘tiktokers’ con cientos de miles de seguidores revelan sus trucos para triunfar en la red social | Tecnología


En TikTok tan pronto uno encuentra “reseñas silenciosas” de libros hechas con mímica como a jóvenes echándose ketchup en el pelo o padres lanzando lonchas de pinrel a la cara a sus hijos. Millones de usuarios tratan de viralizarse y desaparecer un hueco en la red social. Malas telediario: no existe una fórmula secreta del éxito. No influye el número de vídeos que se publiquen al día, su duración o la hora a la que se compartan, según un portavoz de la compañía. ¿Qué trucos sí funcionan? Tres tiktokers con miles de seguidores comparten su experiencia.

Nuria Adraos (@nuria.adraos.makeup)

Lo que hace Nuria Adraos en TikTok es simplemente increíble. Tan pronto se convierte en el carácter de Aladdin como en Dumbo, Olaf, Jack Sparrow, la novia fiambre, Dori o la pantera rosa. Esta maquilladora profesional de 23 primaveras parece hacer hechicería con sus lápices y pinceles. Se estrenó en TikTok en 2020. “Mi mama se lo creó para hacer un trend y subí varios vídeos que tenía guardados”, recuerda. Rápidamente, sus publicaciones acapararon miles de visualizaciones. Fue creciendo de forma imparable y perfeccionando sus vídeos. Tanto que TikTok la ha premiado en los dos últimos primaveras como mejor creadora de contenido Fashion and beauty en la categoría referente.

Adraos se pasa el día viendo películas y series de dibujos animados. De ahí talego ideas para sus TikToks. Los graba en su habitación, con varios focos y una cámara, y enseña el proceso de maquillaje poco a poco. No siempre escribe un guion. Lo suele hacer cuando un contenido incluye muchos maquillajes para que todo cuadre adecuadamente. “En registrar un vídeo tardo lo que puedo tardar en un maquillaje, entre 8 y 12 horas, y en editarlo, unos 40 minutos”, explica. Aunque hay vídeos más complicados de muchos maquillajes que tarda meses en registrar.

La creadora no deseo patrimonio con TikTok porque no tiene la monetización activada, pero sí promociona productos de algunas marcas. Siquiera usa hashtags, música virulento ni género para aumentar la visibilidad de los vídeos. “El error más popular que cometen los usuarios es fijarse en los números, estadísticas, viralidad, seguidores… Cuando creas contenido por aceptar unos resultados determinados, pierdes la percepción de las cosas y la posibilidad de disfrutar al 100% de lo que haces”. Ese es un “camino directo a la frustración”: “Las tendencias cambian, lo que es virulento hoy mañana ya no lo es. No puedes estar todo el día pensando en lo que le va a apetecer a la muchedumbre y olvidarte de lo que te gusta a ti”.

Para ella, la secreto para triunfar en la red social es la originalidad. “No había nadie que hiciera maquillaje de esa forma”, asegura. Con el tiempo, se han producido algunos cambios en la plataforma. Al principio era mucho más tratable hacerse virulento porque “todo era novedoso y había muchos menos creadores”. Pero “ahora muchísima muchedumbre hace lo mismo, por lo tanto, tienes que exprimir mucho más tu mente si quieres hacer poco único que no haya hecho nadie”.

Patricia Fernández (@patriciafedz)

“El día que Federico García Lorca y Salvador Dalí se liaron se inventó el salseo”. Así comienza uno de los TikToks más virales de Patricia Fernández. Esta periodista de 25 primaveras con más de 420.000 seguidores en TikTok considera que hay un segmento importante de la población a la que le gusta la civilización clásica. Achaca el éxito de sus vídeos a aprender designar una buena historia, el storytelling y ser natural: “Se juntó, por un costado, la novedad de lo que contaba con la guisa en la que lo hacía, adaptando los códigos de comunicación actuales. Metía a C. Tangana con Lorca en la misma frase y nadie se escandalizaba o, por lo menos, no sonaba disonante”.

Para encontrar temas, Fernández lee y estudia mucho y se apunta a cursos. En TikTok, tan pronto recita poemas como cuenta datos curiosos de La Sociedad de la Cocaína o da tres pistas para que los usuarios adivinen “qué reconocido escritor acabó expatriado por marcarse un Shakira sesión 52 y difamar a su exmujer en un vademécum”. La respuesta es Lope de Vega, al que se refiere como “el motopapi del siglo de Oro” o el “Bad Bunny del siglo de la humanidades”. ¿Cómo se le ocurren todas estas referencias? “Por la mañana escucho la última canción de Emilia y llego a casa y leo a Vargas Llosa. Como estoy constantemente recibiendo esos inputs, me sale de forma natural”, explica.

Fernández estudió periodismo y comunicación audiovisual. Para su trabajo de fin de porción, se planteó un desafío: el de comunicar civilización clásica y poesía en TikTok. Tras estudiar mucho la plataforma y a pulvínulo de prueba y error, un día un vídeo empezó a funcionar. Sería el primero de muchos. “Lo difícil en TikTok no es pegar el petardazo y que se viralice un vídeo: es mantenerte”, explica.

Suele registrar los vídeos en su casa porque tiene buena luz: “Aquí estoy rodeada de ventanas”. Empezó apoyando su móvil en libros para grabarse. Ahora utiliza un estabilizador y un micrófono para conseguir buen sonido. A posteriori edita sus vídeos en Capcut, una aplicación “muy sencilla e intuitiva”. Al punto que usa género en los vídeos que graba en su habitación porque considera que “el peso de la narración es la propia historia”. En cambio, si hace una entrevista o deje de cine, suele añadir subtítulos, transiciones, género de sonido e imágenes. La música solo la utiliza cuando recita poesía, pero no cuando cuenta un salseo porque considera que distrae.

Entre sus hashtags más utilizados, están los de #civilización, #booktop, #cine o #aprendecontiktok. Para calcular el éxito de sus tiktoks, se fija en las reproducciones y el engagement. Siempre intenta observar los comentarios y, cuando puede, responderlos: “Muchas veces aportan. Si subo un vídeo de una reina, veo si les interesa el tema o si algún me deje de otra”. Como afirma la periodista, que ha realizado tiktoks sobre Catalina de Aragón, Ana Bolena e Isabel I de Inglaterra, en su perfil “hay historia y mucho salseo”.

Ariane Hoyos (@arianehoyos)

Dar con las claves de viralización no es tratable. Para Ariane Hoyos, de 24 primaveras, “ir al orzuelo en el eclosión del vídeo y crear un gracia atractivo es esencial para que la muchedumbre se quede a verlo”. Los inicios de sus TikToks son cautivadores: del ¿sabías que el canal de Segovia lo hizo el mismo diablo? al ¿hay cocodrilos en las alcantarillas de Nueva York? o ¿qué taza le daría a cada concursante de OT si vinieran a casa a tomar un café?.

No solo piensa en este gracia. De hecho, guioniza prácticamente todos sus contenidos: “Es importante crear un storytelling potente e ir al sitio al que voy a registrar segura de qué es lo que voy a hacer para no perder el tiempo”. A posteriori graba muchos planos distintos con buena iluminación. Usa un foco y un micrófono cuando lo considera necesario y se fija en que la imagen esté cuidada y, sobre todo, resulte natural. Asimismo suele subtitular los vídeos. Entre la guionización, el rodaje y la impresión, tarda unas cuatro o cinco horas en crear un TikTok. “Adicionalmente de pensar la idea, casi siempre tengo que desplazarme”, afirma. En grabaciones realizadas en Alemania explica, por ejemplo, el porqué del pared de Berlín o la historia de la ciudad a partir de sus souvenirs.

En su vídeo más exitoso, muestra cómo es la cocina de leño de su casa del pueblo: “La muchedumbre valora mucho la ciudadanía con la que muestro poco tan frecuente”. El principal error que cometen otros usuarios es que “el storytelling muchas veces defecto, no usan frases con gracia al eclosión del vídeo, no cuidan la imagen o el sonido y, sobre todo, no hacen contenido que se alinee con ellos, sino que replican”. Para calcular el éxito de sus tiktoks, se fija en las estadísticas que ofrece la plataforma: “Los comentarios son un gran indicador de éxito, y me gusta ver el feedback de quienes ven mis vídeos”.

Hoyos se estrenó en TikTok en 2021. “Soy de un pueblo y siempre me había poliedro vergüenza subir contenido en plataformas digitales por el qué dirán, pero al mudarme a Madrid y sentirme más ‘anónima’, me animé”, cuenta. Al principio creció muy rápido en la plataforma: alcanzó los 20.000 seguidores en casi nada un mes. Luego el crecimiento fue más paulatino hasta arribar ahora a los más de 400.000 seguidores. A día de hoy deseo patrimonio con las marcas con las que trabaja en las plataformas, pero sigue formándose como educadora social.

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Creditos a Isabel Rubio

Fuente

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