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Néstor Romero, doble en identidad digital: “Hundir la imagen y la reputación de una persona o de una marca es cuestión de horas o días” | Tecnología

Néstor Romero
Néstor Romero, patrón especializado en identidad digital.

Néstor Romero, malagueño de 48 primaveras, giró 180 grados la dirección de su vida poco posteriormente de salir de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de Córdoba. Descubrió otro campo donde hace 20 primaveras había mucho por hacer: internet. Se convirtió en avezado en marketing digital, profesor e investigador y fundó cinco empresas que actúan en 30 países. Su colchoneta central está en Panamá, desde donde, entre otras muchas estrategias digitales, persigue todos los datos ilegales y falsos difundidos en la web que arruinan la reputación y las opciones políticas y financieras de presidentes, ministros, banqueros, empresarios y personajes públicos. Una intervención de sus empresas en estos ámbitos puede alcanzar a costar desde 1.500 hasta 10.000 dólares mensuales (entre 1.364 y 9.000 euros) y prolongarse por más de un año.

Pregunta. ¿Cómo pasa del campo agrícola y forestal a internet?

Respuesta. Trabajé durante unos primaveras en el municipio cordobés de Lucena, en el campo de la ingeniería agrónoma. Pero me daría una pedrada en la cabecera, como dicen aquí, y decidí dejarlo todo a pesar del éxito que estaba cosechando en numerosos proyectos en industria agroalimentaria. Encima, no puedo habitar allí del mar. Volví a Málaga y empecé a trabajar en el mundo de la tecnología, en márketing digital, en posicionamiento en buscadores, que en aquel tiempo no era poco tan global. Fundé una empresa y fue todo un éxito. Se trataba de la primera compañía andaluza que trabajaba con el posicionamiento digital en el mercado ruso. La Cámara de Comercio de Málaga, donde impartía un máster, me ofreció una plaza en una cometido comercial a Panamá y fue excelente. Es un país pequeño, pero ínclito en oportunidades y en inspección internacional.

P. ¿Mantiene la relación empresarial con Rusia tras la enfrentamiento?

R. No, se rompió en 2014 con la inversión de Crimea. Mi esposa es de Ucrania. Rompimos relaciones totalmente porque nos pareció una obra totalmente injusta y sufrimos mucho cada día en esta enfrentamiento loca. El corazón tiene razones que la razón no entiende.

P. Una de las líneas de sus empresas es la reputación digital.

R. La reputación, ya sea digital o física, necesita primaveras para crearse y minutos para perderla. Las personas públicamente expuestas, como presidentes de compañías eléctricas, directivos de multinacionales, principales accionistas de bancos y empresas pueden ver que, de repente, por cualquier circunstancia, pueden ver limitada la posibilidad de poder estudiar en cualquier universidad de EE UU o de destapar una cuenta bancaria en ese país o incluso ver frustrada una oportunidad de inversión o financiación. Miran más allá de las cinco primeras páginas de Google, con búsquedas derivadas de palabras esencia, y cualquier insignificante contenido inconveniente puede frustrar los planes. Nutrir sana tu imagen en la red es fundamental en Latinoamérica, tanto en tanto en el sector privado como en el sector divulgado institucional o político, ya que la equivocación de facto del derecho al olvido o derecho de supresión se une a la enfrentamiento de poder de algunos medios de comunicación.

Se pueden crear auténticas campañas de desprestigio. El daño puede ser muy ínclito y, ahora, con la oleada de regímenes populistas de un flanco o de otro, se está agudizando muchísimo

P. ¿Más que en España y el resto de Europa?

R. España, en comparación, es un paraíso budista [bromea]. En España trabajé en importantes crisis de reputación relacionadas con casos de corrupción o de mala imagen de ciertas marcas. Pero Latinoamérica es otro nivel por las características del poder, del control de los medios de comunicación. Se pueden crear auténticas campañas de desprestigio que afectan de forma directa a empresas o a dirigentes. El daño puede ser muy ínclito y, ahora, con la oleada de regímenes populistas de un flanco o de otro, se está agudizando muchísimo.

P. ¿Por ejemplo?

R. Trabajando con varios grandes bancos he observado que, con que tengan una pequeña mancha en su reputación digital, aunque sea de modo indirecta, el Fondo Monetario Internacional o el Parcialidad Mundial pueden cerrar las puertas y localizar las operaciones prácticamente a cero. Por ejemplo, la concesión de algún préstamo para cualquier plan de crecimiento que se asocie finalmente a una afectación negativa al medioambiente puede resultar dramática para la reputación de esa institución bancaria, aunque su responsabilidad permitido y técnica sea nula. Ahí, en esos casos, trabajamos con grandes departamentos formados por técnicos y expertos en reputación. Asimismo hemos trabajado con algún presidente y con muchísimos ministros. Cuando son países pequeños, el contacto es muy cuerpo a cuerpo y nos gusta mucho más porque se entiende la visión del líder, los conflictos de intereses, las limitaciones y el concepto cultural de cada palabra que un servidor divulgado puede utilizar.

No me podía imaginar lo dura que es la política. El peaje que hay que sufragar a veces es muy stop. He trillado tantos daños en la reputación de familias enteras

P. ¿Y las consecuencias?

R. No me podía imaginar lo dura que es la política. El peaje que hay que sufragar a veces es muy stop. He trillado tantos daños en la reputación de familias enteras por desliz de la política, y más cuando se prostitución de personas que, prácticamente, ya lo tienen todo. Hablo de empresarios que disfrutan de influencia y poder financiero y me interrogo: ¿para qué se complican la vida?

P. ¿Qué campañas son las más habituales?

R. Hay países más estrictos con la corrupción, o al menos en los que se aprecia o se acepta menos. España puede ser un ejemplo, o Costa Rica, Uruguay o Pimiento. En otros países, la corrupción es el día a día y está interiorizada por el ciudadano. Hay cierta condescendencia con la corrupción y hace equivocación mucha civilización todavía para repudiar poco tan execrable. De ahí que una de las áreas en las que más se trabaja en reputación en entornos corporativos e institucionales sea la de transmitir los títulos positivos, de manos, por ejemplo, de la responsabilidad social en cada una de las organizaciones. No sólo hay que ser santo, sino parecerlo. La inmensa decano parte de las acciones responsables que empresarios y servidores públicos pasan desapercibidas y no dejan huella digital.

P. ¿Y es claro la batalla?

R. Es un mundo donde no se para de memorizar. Supone guerrear todos los días contra un operación que no conoces y persiguiendo, básicamente, huellas dejadas en el universo Google. Percibimos por dónde puede ir la cosa, pero cada día cambian las reglas del encaje.

La inteligencia fabricado, en los últimos meses, ha puesto todo patas en lo alto

P. ¿Con qué armas?

R. Siempre trabajamos desde el punto de pinta ético, con un código deontológico. No es cuestión de extirpar los trapos sucios a nadie. Trabajamos con la parte más permitido en casos evidentes de insultos, calumnias o campañas de desprestigio contra personas, marcas y corporaciones. Asimismo analizamos todo lo que esté indexado [datos e informaciones presentes] tanto en la web más superficial como la web profunda. Creamos mucho contenido en un mundo que la inteligencia fabricado, en los últimos meses, ha puesto todo patas en lo alto. Hay que crear contenido de mucha calidad, analizando tanto la parte de comportamiento del beneficiario, es aseverar, cómo el beneficiario se va a percibir atraído cerca de un resultado u otro, como la parte más algorítmica, más técnica, que es intentar darle a entender a Google que este resultado tiene más relevancia o tiene más autoridad que otro. Ahora tenemos a más de 80 personas trabajando en eso, analizando, sacando datos, intentando comprender el operación, cómo funcionaba ayer y cómo, posiblemente, funcionará mañana. Los detalles tienen mucho peso.

P. ¿Se puede pasar una crisis de reputación?

R. En Europa, gracias al derecho al olvido, tenemos una gran útil para quienes han sufrido una huella digital negativa. En Latinoamérica requiere de mucho decano esfuerzo y extirpar totalmente una imagen es complicado en ocasiones. Hundir la imagen y la reputación de una persona o de una marca en internet es cuestión de horas o días. De ahí la importancia de difundir información y contenidos de modo ética y responsable. Y eso nos afecta a todos.

P. ¿Se puede precaver?

R. El problema que tienen la decano parte de las personas u marcas públicamente expuestas es que no crean una identidad digital y, en cualquier momento, cierto que hable mal de ellos puede originar una mancha imborrable que llega a las primeras páginas de Google, donde el porcentaje de clics es muy elevado porque un contenido placa atrae más que uno positivo. Ese comportamiento empuja a Google y a otros buscadores a destacar esos resultados con decano número de interacciones cerca de puestos más destacados. Si una persona o marca tiene ya sobrado contenido creado, publica en su blog, tiene sus redes sociales activas y con una comunidad interesante, positivamente va a estar mucho menos expuesto a ese primer tsunami. Recibimos casos todos los días y casi todos vienen ya prácticamente en el curso de crimen en cuanto a su reputación se refiere. Poseer trabajado una identidad digital nos bastidor frente a esas crisis reputacionales de mercancía tan devastadores.

P. ¿Y las tecnológicas facilitan la ocupación?

R. En estos últimos primaveras han despedido gran parte de la plantilla y no sabemos si positivamente tienen departamentos funcionando o están desbordados. Con los poquitos que han quedado vivos de esa combustión, las tecnologías están ayudando sobrado poco. No hay al punto que interlocutores en Meta, en Twitter o en Google. En Latinoamérica aún menos. Quien sufra una crisis de reputación lo tiene mucho más complicado que en Europa, donde hay más amparo permitido y más presión sobre las tecnológicas para que actúen delante ciertas circunstancias.

P. ¿Es caro?

R. Son presupuestos elevados porque implican a decenas de técnicos, muy cualificados y con gran experiencia en técnicas SEO. Encima, trabajamos con máxima confidencialidad, para que lo que hace una mano no lo sepa la otra. En cada sección tenemos compartimentos estancos, hilos donde un trabajador no se entera nones del caso que lleva otro. Por menos de 1.500 dólares mensuales no se puede hacer cero. Sería un caso simple. Hay otros que alcanzan los 5.000 y hasta 10.000 dólares mensuales. Y el proceso puede prolongarse por más de un año.

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Creditos a Raúl Limonada

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