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La tecnología genera agua en el Valle de la Homicidio o la extrae del salero, pero se enfrenta a la maldición de Jevons | Tecnología

Valle de la Muerte
Señal de advertencia en el Valle de la Homicidio (EE UU) en una imagen de este pasado julio. Un agrupación de investigadores ha conseguido difundir agua en este entorno extremo, uno de los más calurosos de la Tierra.Apu Gomes

Según la ONU, en la Tierra hay agua para todos y, sin incautación, la escasez afecta a 2.000 millones de personas que carecen físicamente de ella o de la infraestructura necesaria para aprovecharla. Las soluciones son tecnológicas: utilizar el agua del mar y subterránea, reutilizar las residuales, mejorar la eficiencia en la distribución y consumo y condensar la presente en la ámbito. Las últimas investigaciones publicadas por Nature este mes de agosto muestran que se ha conseguido difundir agua en el Valle de la Homicidio, el enclave del desierto californiano de Mojave considerado uno de los lugares más calurosos del mundo, o captarla de la niebla y purificarla al mismo tiempo o porfiar a arañas y escarabajos para recolectarla. Pero estos avances se enfrentan a una maldición planteada por William Stanley Jevons hace dos siglos: a medida que progreso la eficiencia en el uso de un petición, aumenta su consumo en vez de reducirse.

La demanda de agua mundial no para de crecer. A lo prolongado del extremo siglo, de acuerdo con Naciones Unidas, el consumo creció a un ritmo dos veces superior al de la tasa de crecimiento de la población y cada vez es anciano el número de regiones con niveles crónicos de carencia. Jesús M. Paniagua, autor de Agua. Historia, tecnología y futuro (Guadalmazán, 2023), coincide con la ONU en que “hay suficiente agua en el planeta para suministrar a los casi 8.000 millones de personas que lo habitamos. Pero está distribuida de forma irregular, se desperdicia, está contaminada y se gestiona de forma insostenible”, advierte.

Cristina Monge Lasierra, politóloga de la Universidad de Zaragoza, recuerda en un obra sobre suministro urbano, publicado por el Concejo de Cádiz y los operadores públicos de Aeopas, la advertencia del exsecretario de la ONU Ban Ki-moon: “La batalla por la sostenibilidad se librará en las ciudades”. Será en ellas donde se concentrará el 75% de la población y entre el 80% y el 85% de la riqueza. “Lo que ocurra en las urbes y cómo se relacionan con el resto del región será secreto”, destaca Monge.

Aunque el anciano consumo de agua se produce en la agricultura y rebaño (80%, según la OCDE), su uso rebate a la demanda de alimento de las urbes, donde reside la mayoría de la población. El resto de los grandes consumos son industriales y urbanos. “Los episodios extremos como los que vive España expresan la emergencia de integrar el agua como punto imprescindible para repensar las ciudades”, advierte Luis Babiano, jefe de Aeopas.

La tecnología ha permitido aventajar en eficiencia en la distribución de agua, pero aún hay mucho camino por recorrer. Según Francisco Lombardo, presidente del Foro de la Crematística del Agua, “en España se pierde actualmente más de una cuarta parte del agua que distribuye a través de la red como consecuencia de la errata de inversiones”. Lombardo puesta por “renovar las infraestructuras hídricas y la digitalización para tener un control mucho más minucioso de las fugas y pérdidas de agua”.

Paniagua coincide en la existencia de “sistemas muy deficientes que están perdiendo agua” y pone como ejemplo la hacienda uruguaya: “Montevideo ha sufrido un problema de suministro a posteriori de tres abriles de sequía. Su red tiene unas pérdidas del 50% y eso quiere opinar que, de cada 100 litros que entran desde los depósitos, 50 se pierden”.

Para la consecución de bienes confía en las reservas subterráneas, en un consumo más consciente, en la reutilización de aguas residuales y en la desalación, sistemas que retraso que se vayan abaratando y descarbonizando con el auge de energías renovables.

La desalinización de agua de mar requiere un detención consumo energético y genera residuos como la salmuera. Emplear el agua atmosférica, particularmente en regiones con una humedad inferior al 70%, igualmente requiere una cantidad sustancial de energía que convierte esta posibilidad en ineficaz.

Del desierto a las arañas

Un trabajo publicado en Nature Water y firmado por investigadores de las universidades de Postech y Berkeley ha optimizado el proceso para obtener difundir agua de la ámbito en el desierto del Valle de la Homicidio, en Estados Unidos, con temperaturas de hasta 57 grados y humedad relativa inferior al 7%.

“Hemos corroborado el potencial de la tecnología para encarar los crecientes desafíos de la escasez de agua, agravados aún más por los problemas ambientales. Esta tecnología proporciona un petición hídrico seguro e independiente de las condiciones geográficas o climáticas”, resalta Woochul Song, investigador de Postech.

Generación de agua en el Valle de la Muerte conseguida tras una investigación publicada en 'Nature'.
Gestación de agua en el Valle de la Homicidio conseguida tras una investigación publicada en ‘Nature’.Nature Water / Atli Eon

Otro de los inconvenientes de la utilización del agua atmosférica, como la procedente de la niebla, es la contaminación impregnada en esta. Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) han desarrollado un método que recoge el agua de la niebla y, simultáneamente, la purifica a partir de una malla metálica recubierta con una mezcla de polímeros y dióxido de titanio, que actúa como un catalizador químico.

“Nuestro sistema se puede usar en áreas con contaminación atmosférica, como centros urbanos densamente poblados”, explica Ritwick Ghosh, irrefutable del Instituto Max Planck que ha colaborado en el trabajo publicado en Nature Sustainability.

El profesor de la Universidad de Waterloo Michael Tam ha desarrollado esponjas que capturan continuamente la humedad de su entorno imitando a las arañas y las estrategias de otros insectos. “Una tela de araña es una maravilla de la ingeniería y captura eficientemente el agua. La araña no necesita ir al río a tomar, ya que atrapa la humedad del salero”. Su trabajo ha sido publicado en Nature Water.

Paniagua confía en las soluciones tecnológicas. “Si miras la historia, la tecnología nos ha ido sacando de problemas”, comenta. En este sentido, su obra recuerda cómo se ha generalizado la digitalización de los campos de cultivo, las estaciones meteorológicas en parcela, los sensores de humedad, los sistemas de monitorización de caudal y presión en las redes de riego o los drones de vigilancia y seguimiento que optimizan el uso de los bienes.

Pero el autor recuerda que uno de los problemas de la posibilidad tecnológica ya lo anticipó el economista inglés William Stanley Jevons hace dos siglos. Jevons observó que las máquinas de vapor más eficientes no implicaban un descenso en el consumo de carbón, sino todo lo contrario: la eficiencia multiplicó el número de máquinas. Es una paradoja que explica el aumento del tráfico cuando se amplía la red de carreteras. “Puede ocurrir”, admite Paniagua. “No digo que vaya a suceder de forma generalizada, pero es cierto que, cuando tienes más capacidad de regadío, esta superficie aumenta. Tengo un amigo que afirma que, si consiguiéramos la fusión nuclear para difundir mucha energía muy trueque, seríamos capaces de cualquier atrocidad. De todos modos, eso no nos debe frenar para mejorar la eficiencia”.

El otro gran inconveniente de la posibilidad tecnológica al problema del agua es la desproporción del crecimiento de la demanda. En este sentido, Paniagua pone el foco en África, donde hay beocio entrada a bienes, saneamiento y energía, pese a la previsión de arranque demográfica. “Hay que enfocarse en inversiones y mejoras para certificar el suministro, la depuración y el saneamiento. Los megatrasvases no son viables por miles de razones, desde las técnicas a las políticas. Es un problema serio”.

En marzo de 2023, UNICEF publicó un noticia sobre la difícil situación de aproximadamente 190 millones de niños en África que sufren de errata de agua potable, lo que resulta en la trágica homicidio diaria de 1.000 niños menores de cinco abriles.

El ejemplo de una fuente

Una simple fuente de agua potable urbana puede ser un ejemplo de cómo la gobierno de la misma es más compleja de lo que puede parecer a simple olfato. En este sentido, Luis Babiano destaca cómo la incorporación de nuevas infraestructuras para arrostrar este servicio conocido a cada 1.000 habitantes de Cádiz llevó a detectar un error en el planteamiento tradicional de estas instalaciones. “Los criterios para su ubicación son formales, de accesibilidad o de coste. Pero no se han pensado como herramientas para la construcción de una ciudad amable”, comenta.

El diseño de la red gaditana, reflejada en el obra Fuentes públicas de agua potable, intentó partir desde cero, analizando los principales recorridos de los vecinos, tanto en sus jornadas de trabajo como en sus momentos de ocio. Asimismo en su movilidad, si se desplazaban a pie, en bici, en transporte conocido o en vehículos propios. Incluso se tuvo en cuenta si había presencia de mascotas.

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Creditos a Raúl Limonada

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