Científicos del Instituto Patagónico de Mineralografía y Paleontología (IPGP, CONICET) y del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (CONICET-UNSL), inmediato con especialistas de la Fundación Félix de Azara -Universidad Maimónides, del Museo Provincial de Ciencias Naturales “Prof. Dr. Juan Olsacher” y de la Secretaría de Civilización de la provincia de Río Triste, encontraron, en la provincia de Neuquén, los restos fósiles de una especie de dinosaurio titanosaurio nunca descrita hasta el presente.
Según explicaron en la revista Cretaceous Research los autores de este valioso hallazgo arqueológico que puntualmente tuvo empleo en el dominio conocida como La Invernada, que está ubicada en la pueblo neuquina de Rincón de Los Sauces, el adulterado Inawentu oslatus, no es más que un dinosaurio que habitó esa zona durante el período Cretácico, o sea, hace aproximadamente unos 86.000.000 de abriles.
“Es un hallazgo increíble, porque no solamente estaba el cráneo, sino que éste estaba articulado al cuello completo, a todas las vértebras dorsales y al sagrado con los iliones”, detalló Leonardo Filippi, investigador del CONICET en el Museo Municipal “Argentino Urquiza”, de Neuquén.
“Lo único que le descuido son las extremidades, algunos huesos de la pelvis y la rabo, el resto está todo inconmovible, incluso tenía algunas costillas dorsales articuladas”, agregó el principal autor del hallazgo
Al estudiar los restos fosilizados de esta nueva especie de dinosaurio, los investigadores lograron establecer que tenían rasgos anatómicos muy similares a los de los Saurópodos Rebaquisáuridos que se extinguieron durante el Turoniano. De allí su nombre, ya que Inawentu significa imitador en unión mapuche:
“Los rebaquisáuridos tenían la función de alimentarse de la cubierta vegetal depreciación un par de millones de abriles ayer, pero habían desaparecido y no teníamos evidencia de quiénes, en esta zona, eran los que ocupaban ese empleo”; comentó Ariel Méndez, investigador del CONICET en el IPGP de Puerto Madryn, Chubut.
“Este tipo de descubrimientos nos permite entender un poco cómo eran aquellos ecosistemas. Empezamos con los saurópodos que comían la cubierta vegetal más ingreso, posteriormente encontramos los dinosaurios carnívoros que posiblemente predaran sobre ellos, y todavía descubrimos otros tipos de dinosaurios herbívoros, bípedos más pequeños, corredores, que son los ornitópodos, Igualmente había tortugas y cocodrilos, todo en la misma zona”, agregó el diestro.
Ahora, los investigadores anticiparon que van a sufrir a extremo estudio palinológicos con el objeto de intentar conocer cómo estaba compuesta la cubierta vegetal en ese momento en la región en la que fueron hallados los restos fosilizados.
“Los estudios geológicos nos dicen que era una zona de ríos y demeandros, y eso nos permite ir armando de a poco todo este rompecabezas. En definitiva, lo que queremos entender es cómo estaban formados esos ecosistemas del pasado, quiénes eran los actores y qué rol cumplía cada uno”, concluyó Méndez.
Creditos a Luis Rodriguez
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