Skip to content Skip to footer

ANYmal, un autómata cuatro patas que reemplace a las personas en entornos peligrosos | Tecnología

Se fuego ANYmal y, como su nombre indica, se desenvuelve como si lo fuera. Es un autómata que tiene cuatro patas, el tamaño de un perro y con mucha autonomía. Porque la transporte —la bono de desplazarse de un motivo a otro— es una de las habilidades más difíciles de desarrollar en las máquinas. Normalmente, aprenden a marchar en ambientes controlados que les resulten familiares para evitar choques o caídas, pero investigadores de la Escuela Politécnica ETH Zúrich (Suiza) han conseguido que ANYmal se enfrente solo a los desafíos del mundo efectivo. La última lectura de este autómata puede subir escaleras, caminar sobre vigas muy estrechas y manejarse en ambientes naturales con cubierta vegetal, rocas, cocaína y todo tipo de superficies resbalosas y complejas que no conoce. Los creadores han publicado sus avances en la revista Science Robotics.

Para conseguir sus objetivos, ANYmal superó recorridos llenos de obstáculos en 76.000 metros cuadrados de demarcación diseñados por los investigadores. El circuito demandaba mucha precisión en el marchar o una gran cantidad de robustez para sortearlo sin caerse. “Reconstruimos entornos difíciles que probablemente se encontrarían en lugares de desastres naturales, donde los escombros podrían descomponerse aún más al pisarlos, y en lugares en construcción, donde hay manchas de unto que crean superficies resbaladizas”, detalla Fabian Jenelten, profesor de robótica de la ETH Zúrich y autor principal del estudio.

Este autómata es capaz de proceder de guisa autónoma, lo que significa que puede tomar decisiones y adaptarse a su entorno sin intervención humana constante. Para ello, está equipado con una variedad cámaras, sensores de proximidad y giroscopios que le permiten percibir su entorno. Sus lídares (dispositivos láser) miden con precisión las distancias y crean mapas en tiempo efectivo. Adicionalmente, esta máquina puede detectar fugas de gas y cargar con hasta 10 kilos.

Los robots cuadrúpedos aprenden a caminar de dos formas: con métodos de enseñanza profundo que les da habilidades para muletear con distintos terrenos o con métodos tradicionales con los que consiguen movimientos más precisos. De este modo, terminan siendo o robustos o precisos, solo una de las dos, y cuando se enfrentan al mundo efectivo, tienden a malograrse. El equipo de Jenelten decidió chocar esta flaqueza en la robótica al combinar lo mejor de uno y otro mundos: la precisión de los métodos tradicionales y la robustez del enseñanza profundo. Así, ANYmal alcanzó la propiocepción, es proponer, la conciencia de la posición de su cuerpo —con la que cuentan humanos y animales— para desplazarse. “En nuestro trabajo, intentamos combinar los dos aspectos, permitiendo que los robots cuadrúpedos conquisten nuevos entornos que parecen ser relevantes para aplicaciones futuras”, explica Jenelten.

ANYmal no es único en su especie. Su pariente apartado Spot, de la empresa Boston Dynamics, es un autómata cuadrúpedo con características muy similares. Ford ha adquirido algunos que ya corretean en sus fábricas para rastrear y advertir posibles averías en las líneas de montaje de los vehículos. Luego, la empresa de defensa Sword Defense Systems instaló en estos robots un rifle de precisión que alcanza objetivos a más de un kilómetro y tienen visión termal para disparar en la oscuridad, mientras que otros Spots se han mudado a los campos de Nueva Zelanda para ser pastores de ovejas.

Los inventores de ANYmal creen que en un par de primaveras podrán asistir activamente a los humanos en misiones de rescate, por ejemplo, luego de un terremoto o una crisis, donde, con ayuda de los lídares, crearán mapas que anticipen derrumbes o rutas inestables. Mirando con destino a el futuro, explica Jenlets, “estos robots tienen un enorme potencial para reemplazar por completo a los humanos en entornos peligrosos y potencialmente letales”.

Los robots: más que una reemplazo, una amparo

Rodolfo Tener, director del Centro de Cibernética y Robótica del CSIC, sugiere considerar que estos robots “más que un reemplazo de los humanos, serán de amparo y seguimiento”. En las grandes ciudades, explica, pueden cumplir funciones de apoyo para personas con discapacidades auditivas, visuales y de todo tipo. Y las máquinas no necesariamente sustituirán a los trabajadores: “Un autómata puede ayudar a que una persona que trabaje en la construcción, por ejemplo, llegue con más fuerza a los 60 primaveras”, expone Tener.

La transporte con patas “estuvo muy de moda” algunos primaveras, según cuenta Tener. En España, por ejemplo, investigadores del CSIC crearon máquinas con seis patas que hacían labores de detección de minas. Muchos proyectos de robots cuadrúpedos se abandonaron, pero el investigador considera que los avances de la inteligencia industrial pueden mejorar los modelos, por lo que muchas empresas e industrias van a retomarlos y habrá un amplio mercado a nivel industrial y social.

Tanto los creadores como el habituado en robótica del CSIC, califican como valiosos los avances en la transporte de ANYmal para el futuro de los robots con patas. En presencia de estos progresos y la constante proceso de la tecnología e inteligencia industrial, es probable que en unos primaveras sea habitual marchar por las calles entre robots de cuatro patas, que asisten a las personas en todo tipo de tareas.

Puedes seguir a EL PAÍS Tecnología en Facebook y X o apuntarte aquí para admitir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

_



Creditos a Verónica Hermoso

Fuente

Leave a comment

0.0/5