A pesar de que los precios de los materiales de construcción parecen haberse relajado, los autónomos y negocios del sector identificaron la desliz de digitalización y la escasez de trabajadores cualificados como dos de los principales frenos que están “debilitando” a esta actividad, según la empresa especializada en control de costes de construcción Billdin.
Así, según los últimos datos del Profesión de Transportes, Movilidad y Dietario Urbana (MITMA), los precios de los materiales de construcción han ido cayendo en los últimos meses, hasta alcanzar un nivel de estabilización que supone “un versátil alivio” para los negocios del sector. Sin incautación, existen otros factores que “siguen debilitando al sector, como los costes de financiación y la escasez de mano de obra cualificada”, explicó Pedro Agulló, CEO de Billdin.
Adicionalmente, la mayoría de los negocios, el 82% sigue identificando el precio de los materiales como el principal impedimento para la actividad del sector, según un flamante crónica esmerado por el Consejo Universal de la Inmueble Técnica de España (Cgate). “Las condiciones financieras están obstaculizando la actividad y reduciendo los márgenes”, explicó el CEO de Billdin.
La escasez de mano de obra y la digitalización son los principales retos para los autónomos de la construcción
En paralelo, la escasez de mano de obra cualificada se ha convertido en un problema persistente, según explicaron desde la compañía. “Está afectado directamente a la inversión, que se está viendo pequeña” en los últimos meses, explicó Pedro Agulló.
Esta situación, según explicaron, se suma a la dificultades que muchos negocios y autónomos están teniendo para obtener a financiación, en un momento donde los tipos de interés han vuelto a subir y, por consiguiente, las cuotas que las pymes de la construcción están pagando por sus préstamos a las entidades bancarias se han incrementado. Según Billdin, se prostitución de una cuestión que está obstaculizando al sector “salir de la crisis en el que está inmerso.”
Delante este ámbito, Pedro Agulló destacó la menester de que las empresas comiencen a digitalizarse para poder optimizar sus procesos y controlar los costes de forma exhaustiva, para lo cual propone como posibilidad la implementación de procesos digitales. “Si la actividad económica de la construcción no minora, pero nuestros márgenes continúan siendo muy estrechos, necesariamente tenemos que centrarnos en mejorar nuestra competitividad y para ello la transformación digital es esencia”, señaló.
Según datos del Eurostat, en el sector de la construcción se destinó tan solo el 1% del total del desembolso en I+D a nivel doméstico, un porcentaje “muy insuficiente” de acuerdo con el portavoz de Billdin. “El uso de herramientas digitales que permitan monitorizar cada uno de los cambios de la dinámica de los proyectos y del mercado general es el punto de inflexión necesario para caminar con destino a el crecimiento de todo el potencial de uno de los sectores más importantes de la riqueza del país”, concluyó Pedro Agulló.
Miles de licitaciones de obras públicas quedan desiertas por los bajos precios
Otra de las cuestiones que más está preocupando al sector de la Construcción en los últimos meses es la escasa cuantía de los concursos de obras públicas. En concreto, más de 1.000 licitaciones han quedado desiertas en España en los últimos meses.
Así lo constataron a este medio desde la Confederación Franquista de la Construcción (CNC), achacando este engendro al aumento de los costes que los autónomos y negocios del sector siguen sufriendo, combinado a unos importes que no sirven, en muchos casos, ni para cubrir los gastos.
Así, según los datos de CNC, durante el año pasado quedaron sin concesión obras públicas por un precio superior a los 800 millones de euros. Sólo en el primer trimestre de 2023, el número de licitaciones desiertas fue 318, por un valencia más o menos de 190 millones de euros. Tal y como explicó la patronal del sector, este problema es especialmente marcado en el caso de los contratos que ofrecen los ayuntamientos.
Creditos a: Joaquín Aragonés
