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Una mina de oro en la basura: así se salvan los metales preciosos de los aparatos desechados | Tecnología

“Una tonelada de teléfonos móviles desechados es más rica en oro que una tonelada de mineral”, afirma Ruediger Kuehr, profesor de la Universidad de Limerick (Irlanda) y responsable de la oficina de Naciones Unidas Scycle en Alemania. Según sus cálculos, “en un millón de teléfonos móviles, por ejemplo, hay 24 kilogramos de oro, 16.000 de cobre, 350 de plata y 14 de paladio”. Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE o WEEE, por las siglas en inglés de Waste Electrical and Electronic Equipment) constituyen minas urbanas que ahora no se aprovechan al mayor: solo se recupera un 20% de los desechos mundiales.

La empresa minera internacional Atlantic Copper ha comenzado en Huelva la construcción de la séptima planta del mundo (cuarta de la UE y primera del sur europeo) de gran capacidad para extraer de los residuos electrónicos estos preciados materiales, cuya demanda aumenta por encima de los medios naturales disponibles. La inversión comprometida es de 310 millones de euros, que crearán 350 puestos de trabajo e implantarán tecnología de última gestación.

En los próximos 25 primaveras, la demanda de metales y minerales se multiplicará por 12. “Cada año necesitamos procesar un monte Everest”, asegura el investigador Pablo Gámez Cersosimo, un costarricense estable en Países Bajos. Allí es el mayor responsable de Naturally Digital, una ordenamiento especializada en sostenibilidad, comportamiento humano, ética y bienestar digital.

La ascendencia de materiales como oro, plata, platino, paladio, níquel, estaño, antimonio o bismuto de la Tierra es costosa y perjudicial para el medioambiente. Por el contrario, la basura los contiene y, según Kuehr, “estos medios podrían recuperarse y devolverse al ciclo de producción. Si no reciclamos estos materiales, es necesario extraer nuevos suministros, dañando el entorno”.

Esta mina que ahora se almacena en gran parte en los vertederos la forman los más de 60 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos que genera el mundo cada año, cuyo peso supera al de la Gran Muralla china, la maduro y más pesada construcción humana. Según el Mundial E-waste Maestro, en solo siete primaveras y de acuerdo con las previsiones de crecimiento (entre el 3% y el 4% anual), se alcanzarán los 74 millones de toneladas anuales por el aumento del consumo, la pequeño vida útil de los dispositivos y las limitaciones para repararlos.

Sin incautación, se puede reciclar todo lo que tenga cable, enchufe o grupo. “Encima, la recuperación de oro y otros materiales de los desechos ahorra muchas emisiones de CO₂ en comparación con la minería de metales vírgenes”, explica Kees Baldé, de la Universidad de Naciones Unidas.

La presencia de oro y plata en la basura es la más llamativa. Pero la más significativa es la concentración de cobre (hasta 16 toneladas por cada millón de teléfonos móviles, sin contar el resto de dispositivos). Este metal, sustancial por su conductividad y capacidad térmica, está tres veces más presente en los coches eléctricos que en los de combustión y es esencial para las energías renovables, la electrificación y la digitalización.

Basura
Residuos electrónicos y eléctricos, en una planta madrileña.Bernardo Pérez

Su demanda ha aumentado un 50% en los últimos 20 primaveras. Sin incautación, las instalaciones de gran capacidad para la recuperación de cobre de los residuos son escasas. Solo hay plantas en Bélgica, Suecia, Alemania, Canadá, Japón y Corea del Sur.

España, donde la recuperación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos supera a la media mundial en 30 puntos y alcanza el 50% (por encima de la media europea, que se estima en un 48,5%), ha tardado en incorporarse a este restringido club de recicladores masivos. Lo va a hacer con una planta que se construye ya en Huelva, con capacidad para tratar 60.000 toneladas al año, equivalentes a la totalidad de los residuos electrónicos y eléctricos aprovechables que genera el país. En el primer trimestre de 2025 se prevé obtener la primera producción generada a partir de desechos.

Javier Targhetta, maestro delegado de Atlantic Copper, la maduro compañía de cobre de España (y filial del rama norteamericano Freeport-McMoRan, segundo maduro productor del mundo), defiende que “la planta no es solo un buen negocio sino una gran privación de la sociedad”. “Con nuestro tesina [denominado CirCular], España va a durar al 100% de tratamiento y reciclaje. Es un paso muy importante porque puede que sea el primer país del mundo que lo consiga”.

Una tonelada de teléfonos móviles desechados es más rica en oro que una tonelada de mineral

Ruediger Kuehr, profesor de la Universidad de Limerick (Irlanda) y responsable de la oficina de Naciones Unidas Scycle

El proceso comienza en los gestores de residuos, que separan en origen los materiales reciclables. Para ello, algunas empresas ya cuentan con inteligencia sintético capaz de identificar y separar los residuos en función de su procedencia y características.

Un trabajador traslada planchas de cobre en el complejo de Atlantic Copper en Huelva.
Un trabajador traslada planchas de cobre en el difícil de Atlantic Copper en Huelva.Maria Clauss/ Atlantic Copper

A la compañía le interesa, según explica Targhetta, “todo aquello que contiene metales no férreos y preciosos, así como las tarjetas de circuitos”. “Es el cogollo de lo eléctrico y electrónico. La chicha”, resume. Ahí se encuentra la mina de metales no férreos (cobre, estaño, níquel) y preciosos (oro, plata, platino y paladio). De cobre prevén conseguir entre 7.000 y 8.000 toneladas anuales; de estaño, 1.000 toneladas; de níquel, aproximadamente la misma cantidad; y de oro, entre 100.000 y 200.000 onzas (la guepardo que se usa para pesar metales preciosos equivale a 31 gramos). “Es mucho. Nos convertiremos en el primer productor de metales preciosos de España, de dispendioso”, resalta el directivo Atlantic Copper.

Si el negocio es bueno y hay privación y demanda, ¿por qué ahora y no antaño y por qué hay tan pocas plantas en el mundo? “El proceso tecnológico es difícil porque vamos a tratar una mezcla de ocho materiales distintos”, aclara Targhetta, quien precisa su preeminencia competitiva: el proceso sustancial es la fundición, una instalación con la que ya cuenta la compañía. Otra razón es la elevada inversión: 310 millones de euros, contando con la tecnología de la que ya disponen.

Tecnología para reciclar metales

La materia prima preparada, la que aportan los gestores de residuos, se convierte en una mezcla más o menos homogénea de partículas. Con ella se alimenta un horno de licencia australiana, pero innovado por el personal de la empresa minera en Huelva, del que sale cobre crudo, un producto intermedio que ya tiene rodeando del 94% del dato deseado. La escoria de ese producto incluye estaño, que se separa muy acertadamente, y el resto de los materiales. El cobre crudo se incorpora a la límite ya existente de tratamiento para obtener placas de cobre ya puro, de 350 kilogramos de peso.

Los lodos resultantes del proceso, filtrados y secados, se exportan, sobre todo, a Japón y Corea, para culminar el proceso. Pero los planes de la compañía para el futuro pasan por poder hacer este postrero tratamiento en su planta huelveño y completar el 100% del proceso de reciclado en España. El consumo energético de este proceso de reciclaje es menos de la parte que el necesario para la ascendencia tradicional de minas; y las fuentes renovables, que ya aportan la parte del consumo del difícil flagrante, se sumarán a la autogenerada por la nueva planta, que supondrá el 25%.

El tesina, ya en marcha, ha obtenido los permisos medioambientales en un tiempo récord, poco que Targhetta atribuye al esfuerzo de los trabajadores de la compañía para completar el proceso y por explicar el tesina a los vecinos de Huelva, una ciudad con poco más de 140.000 habitantes.

Examen municipal a la “contaminación”

La principal voz discordante acerca de este tesina es la Mesa de la Ría, una ordenamiento que llegó a disponer de representación municipal en Huelva durante los últimos 12 primaveras, pero que ha perdido sus dos últimos concejales en las elecciones de mayo. Este rama, que ha vuelto a ser una plataforma social como en sus orígenes, sostiene que las autorizaciones del Puerto de Huelva y el Concejo se han permitido sin las medidas básicas de información y décimo ciudadana. Según la Mesa de la Ría, que preside Juan Manuel Buendía, el reciclaje se realiza por “coincineración o fundición de los residuos previa trituración de los aparatos electrónicos, lo que requiere la construcción de nuevas chimeneas, produciendo un aumento de la contaminación en Huelva”.

Esta ordenamiento afirma que la población prevista en la zona de la planta superará los 8.000 habitantes, incluirá un estadio para 18.000 personas y centros docentes, por lo que debería estar más alejada. El colectivo ha denunciado el tesina al Defensor del Pueblo y a la Consejería de Salubridad de la Reunión de Andalucía.

Pablo García Vila, coordinador de Medio Ámbito de la compañía, rechaza las críticas: “No solo hemos tenido en cuenta la población situada a menos de 1.000 metros del tesina, como obliga la previo metodología de la Consejería de Salubridad y Consumo de la Reunión de Andalucía, sino a la de todo el entorno y áreas habitadas situadas rodeando del tesina. Vila destaca, en una información de la compañía, “que durante el proceso de décimo ciudadana no se presentaron alegaciones al estudio, como se refleja en la Autorización Ambiental Integrada”. Encima, fuentes de Atlantic Copper inciden en que, para evitar emisiones, en los procesos de fundición más avanzados se utilizan técnicas más eficientes en los hornos y en los sistemas de captación y higiene de gases y partículas, así como la monitorización continua de potenciales fuentes de contaminación.

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Creditos a Raúl Limonada

Fuente

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