Sony Interactive Entertainment (SIE) fue demandada el año pasado en nombre de casi nueve millones de personas en el Reino Unido que habían comprado juegos digitales o contenidos adicionales a través de la PlayStation Store de Sony.
Alex Neill, una defensora de los consumidores que ha trabajado en campañas anteriores, lleva el caso contra Sony. Ella afirma que la empresa abusó de su posición dominante al exigir que los juegos digitales y los complementos se compraran y vendieran solamente a través de PlayStation Store, que cobra una comisión del 30% a los desarrolladores y editores.
La demanda alega que los clientes han pagado, luego, precios más altos por los juegos y contenidos adicionales de lo que lo habrían hecho.
Los abogados de Sony argumentaron que el caso era «amañado de principio a fin» y que debía desestimarse.
El Tribunal de Apelación de la Competencia dictaminó que el caso de Neill podía continuar, aunque dijo que las personas que habían realizado compras en PlayStation Store a posteriori de que se presentara el caso en 2022 debían ser eliminadas de la clase demandante propuesta.
Neill dijo en un comunicado que la sentencia del martes era «el primer paso para certificar que los consumidores recuperen lo que se les debe». Sony no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Creditos a Reuters
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