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Joan Donovan: Una investigadora acusa a Harvard de rendirse delante Meta: “Mi despido coincidió con una donación de Zuckerberg, la maduro de la historia” | Tecnología


La profesora Joan Donovan era desde 2018 la directora de Investigación del Centro Shorenstein de la Kennedy School de la Universidad de Harvard. Su bordadura era dirigir un equipo de investigadores sobre desinformación y campañas de manipulación en redes y ganar fondos para sus proyectos. Todo iba aparentemente perfectamente hasta que el Wall Street Journal empezó a imprimir en septiembre de 2021 una serie de artículos con documentos internos de Meta, filtrados por la exempleada y “gaznate profunda” Frances Haugen.

Joan Donovan logró una copia de los miles de documentos que Haugen había sacado de Meta. Quería ordenarlos y publicarlos en una página web citación Facebook Archive en Harvard. Entonces empezaron los problemas. Una reunión en octubre de 2021 con su superior, el decano Douglas Elmendorf, y otras personalidades, entre ellos un ex cargo de Facebook, fue el punto de inflexión: “En esa reunión, cuando un ejecutor de Facebook se enojó conmigo, poco cambió en la Kennedy School, donde luego me convertí en una outsider y me pusieron a la defensiva no solo para explicar mi investigación, sino para explicar mi investigación específicamente sobre Facebook”, dice Donovan por videoconferencia a EL PAÍS.

En aquella reunión, Donovan dijo que los documentos filtrados por Haugen eran “los más importantes de la historia de internet”. Solo unos días posteriormente, Donovan recibió un correo de Elmendorf para “discutir sus investigaciones”: “Desde aquella reunión mi estancia en Harvard no ha sido claro”, dice. En 2022, a Donovan le comunicaron que no iba a seguir en su cargo. En febrero de 2023 se hizo sabido y acabó saliendo en agosto. El pasado mes de diciembre, Donovan denunció a Harvard porque cree que la universidad se ha doblegado a la voluntad de Meta: “Mi historia es un poco complicada, pero la forma en que me gusta explicarla es que Elmendorf tiene una relación muy larga con diferentes ejecutivos de Meta, particularmente Sheryl Sandberg [número 2 de Meta hasta junio de 2022]. Lo que no sabemos es hasta qué punto Facebook o Meta lo presionaron para que detuviera mi investigación”, reconoce. El convenio de Donovan como profesora duraba hasta diciembre de 2024.

500 millones en 15 abriles

La historia de la salida de Donovan por presuntas presiones de Meta a su decano tiene otro hito en diciembre de 2021: la donación más espacioso de la historia de Harvard. La Iniciativa Chan Zuckerberg, del casamiento entre Priscilla Chan y Mark Zuckerberg, donará a la universidad 500 millones de dólares durante 15 abriles. “Cada vez resulta más claro que los donantes tienen una influencia indebida sobre Harvard. Mi expulsión coincidió con la donación más espacioso en toda la historia de la universidad. Pero el hacienda no llegará de repente, sino durante 15 abriles. Así, Facebook ha adquirido ya 15 abriles de prestigio e influencia sobre la marca universitaria más espacioso del mundo”, explica Donovan. Para sus investigaciones, Donovan había reunido 12 millones, lo que es una cantidad considerable y que Harvard aún conserva más de 3 en su poder. “Espero que se lo devuelvan a los donantes para que los repartan de nuevo”, afirma la investigadora.

Meta no ha comentado esta información y la Iniciativa Chan Zuckerberg ha emitido un breve comunicado donde dice que su donación no tiene falta que ver con estos hechos.

El texto de la denuncia de Donovan, atiborrado de mensajes con Elmendorf y otros profesores, compara las prácticas de los dirigentes de Meta, primero, a “servicios de inteligencia extranjeros o empresas delictivas organizadas” en sus esfuerzos sigilosos de influencia. Y segundo, a la industria del tabaco y del petróleo: “Si miramos el campo de los estudios de internet y observamos quién recibe financiación para qué tipo de investigación, Facebook claramente está dando millones de dólares a investigadores en un esfuerzo por aumentar la cobertura positiva de sus plataformas. Y luego entre los investigadores que les critican ha habido diferentes casos en los que Facebook ha intentado influir en la publicación o conseguir que los académicos no publiquen. Por eso es muy similar al manual de la industria del tabaco, de las grandes petroleras y farmacéuticas. En términos de utilizar la universidad como una forma de relaciones públicas para la compañía”.

Este verano un liga abundante de reconocidos investigadores publicó una serie de artículos en las prestigiosas revistas científicas Nature y Science en colaboración con empleados de Meta. Donovan cree que es un tesina dudoso y de poco capacidad: “No puedo llamarlos verdaderamente científicos porque los investigadores lo que hicieron fueron hacer preguntas a Facebook y luego los investigadores de Facebook les dieron una interpretación de los datos, así que los investigadores que eran independientes nunca vieron los datos. En mi opinión, cuando haces una investigación científica, debes compilar tus propios datos”, asegura. Por otra parte, Meta aprovechó el tesina para presumir de los resultados de una forma sesgada, según Donovan: “Facebook sabía que la mayoría de la clan no iba a adivinar los artículos completos. Meta publicó un comunicado de prensa afirmando que el estudio demostró que no había problemas con sus algoritmos ni con la radicalización en sus productos”, añade.

La respuesta de Harvard

La Universidad de Harvard niega las acusaciones de Donovan con el argumento de que ese tesina de investigación requería la supervisión de un profesor universitario (Donovan era contratada). Y no lo encontraron, según una portavoz de la institución: “Luego de que ese esfuerzo no tuvo éxito, se dio más de un año para que el tesina [de Donovan] finalizara. Joan Donovan no fue despedida y la mayoría de los miembros del equipo de investigación optaron por permanecer en la escuela en nuevos roles”.

Hoy Donovan es profesora en la Universidad de Boston, aunque Harvard es la propietaria intelectual de su investigación estos abriles. La denuncia de Donovan persigue en parte la recuperación de su tarea académica para seguir trabajando en su nuevo centro.

Donovan aclara que fácilmente habría incompatible un nuevo responsable colegial de sus investigaciones. Harvard alega todavía que el célebre Facebook Archive con los documentos de Haugen está online, como Donovan pretendía. El archivo es, sin secuestro, muy desigual al proyectado por Donovan. El buscador permite agenciárselas por palabras esencia y el sistema devuelve simplemente las diapositivas donde salen. Pero son capturas sueltas, cuyo contexto es difícil de discernir. La investigación del Journal llevó varios meses de trabajo de un puñado de periodistas: “Harvard me quitó el tesina del archivo de Facebook. Lo publicó, pero es casi inservible. Es difícil de navegar. Mi visión era crear una almohadilla de datos que permitiera la colaboración internacional y la comprensión de esos documentos. Varios gobiernos en todo el mundo están tratando de comprender la influencia negativa de Meta sobre los adolescentes y los usuarios más jóvenes. Meta sabía que hay problemas con Instagram y no hicieron falta al respecto”, explica Donovan.

Otra preocupación sustancial de Donovan es sobre la franqueza de cátedra. Cuando el decano le anunció el fin de su tesina, le advirtió de que no estaba protegida por la franqueza académica: “Hay unos 6.000 investigadores en Harvard que publican y que están en la misma situación que yo. Y nadie que publique investigaciones polémicas va a hacerlo si su universidad no lo protege. Si me quedaba en Harvard, publicaba estos papeles de Facebook y me demandaban, estaba sola”, dice Donovan.

El palabrerío de Meta

La investigadora cree que su denuncia, hecha a través de Whistleblower Aid, una estructura que ayuda a personas que buscan protección para revelar secretos empresariales y que ya colaboró con Haugen, es solo un ejemplo de poco que Meta hace cuanto puede: “Mi historia es solo una pequeña cuchitril de este gran rompecabezas en el que tenemos que entender cómo esta compañía y otras están configurando nuestras instituciones para que no haya regulación y no haya una investigación clara sobre los verdaderos daños causados por estas plataformas para la sociedad”.

La experiencia de Donovan en otros casos le lleva a sospechar aún más: “Lo que sé sobre las estrategias de relaciones públicas de Meta para intentar matar ciertas telediario es que no empiezan con el periodista para convencerle de que su historia no tiene validez. Empiezan por hacia lo alto, empiezan con la articulación directiva del medio. Así que no me sorprendió cuando una semana posteriormente de la reunión, me llega un correo del decano que repetía todo el palabrerío de relaciones públicas de Facebook”, explica.

Meta no es la única de estas plataformas que puede causar más o menos inadvertidamente daños sociales. Para Donovan, la diferencia es qué hacen cuando saben que sus productos tienen defectos: “Todas estas tecnologías causan tipos de daños similares, pero lo que la empresa hace al respecto es tan importante como el diseño de la propia tecnología. Y si la empresa encubre u ofusca el impacto de sus productos en la democracia o la vitalidad pública, entonces necesitamos profundizar para comprenderlo y explorarlo mejor, porque la propia empresa no lo va a hacer”, añade Donovan.

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Creditos a jordi perez

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