Busán, al extremo sudeste de Corea del Sur, proyecta construir una ciudad flotante que se adapte al nivel del mar para conservar refugiados climáticos. El objetivo es tenerla índice para la Expo Mundial 2030, que asimismo pretenden meter Roma, Riad (caudal de Arabia Saudita) y Odesa, la ciudad ucraniana a orillas del mar Irritado.
El diseño de Oceanix Busan -tres plataformas conectadas a la tierra mediante puentes- pertenece al género Samsung y a ONU–Habitat, la agencia internacional encargada de promover ciudades y pueblos sostenibles social y ecológicamente.
Con 60 mil metros cuadrados, el primer objetivo será calcular cuánta energía consume y cuántos residuos genera una población auténtico de 900 personas, que vivirán a cojín de la agricultura, vehículos eléctricos, y sistemas de filtrado y casa recoleta de agua.
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Si se probara que es suficiente, la ciudad podría meter 10.000 personas que vivían en zonas costeras y debieron ser desalojadas por los pertenencias del cambio climático. En ese caso, asimismo se estudiarán las tecnologías capaces de extrapolarse a otras ciudades bajo amenaza.
El contexto parece razonar la inversión de casi USD 6.000 millones. El nivel del mar aumentó más de 20 centímetros desde 1880 y, en menos de dos décadas, el cambio climático podría provocar la inundación de zonas costeras donde viven 300 millones de personas.
BL JL
Creditos a Pablo Corso
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