Tras la firma del convenio entre Alberto Fernández y Bill Nelson, administrador genérico de la NASA, la Argentina se convirtió oficialmente en el país número 28 en sumarse al software Artemis: se proxenetismo de la ambiciosa iniciativa internacional para instalar una cojín permanente en la Escaparate y poder explorar y explotar sus fortuna, de modo de poder usarla, luego, como una cojín intermedia y despachar futuras misiones a Marte.
Con esta iniciativa conjunta, los científicos argentinos de la CONAE y otros investigadores verán facilitado sumar sus iniciativas y proyectos a los de sus pares de EE.UU. en estas temáticas. Siquiera se descarta que, en el futuro, un argentino pueda sumarse al software de astronautas de la agencia norteamericana.
Tras la firma del convenio, se explicó que cada país puede participar de Artemis sumando sus proyectos de exploración o explotación civil, ya sea en alianza con otros países de la iniciativa o individualmente, de acuerdo a sus intereses. Pero siempre en un ámbito de colaboración internacional y siguiendo buenas prácticas y estándares. Poco que destacó para diferenciarse de la forma en que encara este tipo de proyectos su coetáneo rival espacial: China, que además está embarcado en una carrera espacial, pero –según dijo Bill Nelson– bajo otra “filosofía” de comunicación.
Otros países de la región que además participan de la iniciativa son Brasil, México, Colombia y Ecuador. Y Nelson recordó: “El foco de la actividad de la NASA está puesto tanto en investigar el espacio foráneo como en aportar datos sobre nuestro planeta que sean bártulos para mejorar la vida en la Tierra”. Según declaraciones hechas por el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, “la colaboración con la NASA es poco táctico para nosotros, porque nos permite avanzar en el diseño y emisión de satélites al espacio”. Y recordó que “ya estuvimos reunidos con Nelson varias veces: en marzo del año pasado y en abril de este año, en Estados Unidos. Esta dorso es un estilo recibirlo en la Argentina para poder profundizar de esta modo la cooperación internacional del sector espacial”.
La Conae, la NASA y la soberanía tecnológica
Según el coetáneo ministro de Ciencia, “nuestro país es uno de los pocos del hemisferio sur –y el único de la región– que hoy están en condiciones de desarrollar su propia política satelital y espacial”.
Extraterrestres y la NASA
Durante su encuentro a la Argentina, se le preguntó a Nelson acerca de los recientes reportes públicos sobre evidencias de vida y posibles visitas extraterrestres a la Tierra que habrían sido ocultadas durante décadas por diferentes administraciones de EE.UU.
Su respuesta fue precisa e irónica: por un flanco explicó que hay en este momento una comisión de doce expertos del organismo irrefutable que dirige elaborando un nuevo y completo crónica sobre el tema. La misma se expedirá a fin de este año.
Pero, por otra parte, se animó a arriesgar en conocido su opinión personal: “Les pregunté a nuestros científicos cuál es la probabilidad matemática de que haya otro Sol como el nuestro, con planetas orbitando a su más o menos y que estos tengan una composición química y una entorno similar a la nuestra, que faciliten condiciones de vida como la conocemos nosotros. La respuesta fue que, en la inmensidad del universo conocido, podría suceder al menos un billón de planetas”, dijo Nelson. Y culminó: “Tomando en cuenta estos números del universo, sería verdaderamente raro que no hubiera vida extraterrestre”.
Creditos a Enrique Garabetyan
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