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5G, la tecnología móvil que nació ‘verde’ para impulsar la sostenibilidad | Tecnología

La utopía de la conectividad universal, con más seguridad y cobertura y pequeño latencia ha llegado en forma de tecnología 5G, que adicionalmente abandera la lucha por preservar el medio bullicio. Esta transformación de las telecomunicaciones supone no solo un cambio del sector, sino de la propia sociedad y su forma de comunicarse. En este momento, España progresa con destino a los objetivos de conectividad digital planteados por la Unión Europea, para “certificar la cobertura de cuadrilla ancha ultrarrápida (100 Mbps) en todo el circunscripción en 2025 y la conectividad Gigabit y 5G para toda la población en 2030″. En el caso castellano, la cobertura de las redes 5G alcanza el 82,36% de la población, según el Noticia Cobertura de Manada Ancha en España (2022), tenuemente por detrás de Alemania e Italia, pero por encima de la media europea.

Nuestros expertos han estimado que el 5G, respecto al 4G, conseguirá dividir por diez, en el año 2025, el consumo necesario para transmitir un gigabyte. Y en 2030 logrará dividirlo por vigésimo

Mónica Sala, directora militar de Red de Orange España

Sostenibilidad y 5G IoT

Para conseguirlo ha sido necesaria la suma de esfuerzos entre el sector sabido, privado, tecnológico, institucional y docente, que permiten la combinación de innovación digital y 5G para impulsar la próxima eco-revolución tecnológica. “El 5G ha nacido verde: en su criterio fundacional tenía que ser una tecnología que fuera muy eficaz energéticamente”, señala Mónica Sala, directora militar de Red de Orange España. “En Orange, nuestros expertos han estimado que el 5G, respecto al 4G, conseguirá dividir por diez, en el año 2025, el consumo necesario para transmitir un gigabyte. Y en 2030 logrará dividirlo por vigésimo”.

De hecho, respecto a sus predecesores, el 5G puede suponer una eficiencia del 90% en cuanto a consumo energético y reducción de emisiones. Un brinco exponencial en sostenibilidad, que irá avanzando a medida que se apaguen las antiguas redes 2G y 3G y se migre el tráfico del 4G.

De izquierda a derecha, el delegado de la agencia EFE en Cataluña y moderador de un reciente foro sobre redes 5G, Leandro Lamor; el socio fundador y co-CEO de Nae, Cristóbal Escoda; la vicepresidenta en funciones de la CNMC, Pilar Sánchez; la directora general de red de Orange España, Mónica Sala; el secretario general de Telecomunicaciones, Matías González; el catedrático de la UPC y director de la Fundación i2CAT, Josep Paradells, y el presidente y consejero delegado de Ericsson Iberia, Andrés Vicente.
De izquierda a derecha, el delegado de la agencia EFE en Cataluña y moderador de un nuevo foro sobre redes 5G, Leandro Lamor; el socio fundador y co-CEO de Nae, Cristóbal Trinchante; la vicepresidenta en funciones de la CNMC, Pilar Sánchez; la directora militar de red de Orange España, Mónica Sala; el secretario militar de Telecomunicaciones, Matías González; el catedrático de la UPC y director de la Fundación i2CAT, Josep Paradells, y el presidente y guía delegado de Ericsson Iberia, Andrés Vicente. Marta Perez (EFE)

“El 5G destaca por su eficiencia de ultratumba, es opinar, en los bits por hercio (bps/hz) respecto a sus predecesoras, con una diferencia abismal: para transmitir la misma cantidad de información se necesita mucha menos energía”, explica Cristóbal Trinchante, socio fundador y co-CEO de la consultora Nae. “Por otro costado, la electrónica, tal y como se ha diseñado, es mucho más eficaz, con una reducción del 20% respecto al 4G. La casa como se ha concebido es distribuida: a nivel del core de la red, no hay grandes centros de consumo de energía, sino que está distribuida en abastecimiento en toda la casa de la misma. Adicionalmente, funcionalidades diseñadas para el 5G, como el agotado selectivo, no utilizar medios cuando no es necesario, contribuyen a esa eficiencia energética”.

La tecnología 5G se caracteriza por su devaluación latencia, viejo duración de la hilera de los terminales (que mejoran su eficiencia energética), viejo capacidad de conexión (más de un millón de conexiones por kilómetro cuadrado) y viejo seguridad. Y las innovaciones tecnológicas del futuro seguirán este camino, como señala Josep Paradells, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y director de la Fundación i2CAT: “Desde el punto de perspectiva energético, ¿cómo estamos colaborando los centros de investigación? Por un costado, como investigación básica, intentamos influir en el 3GPP (3rd Generation Partnership Project, Plan Asociación de Tercera Coexistentes), en aspectos de bajo consumo, como la tecnología radiodifusión wake up, para que un terminal de teléfono gaste menos energía esperando que le llegue una llamamiento”, explica. “Por otro costado, Orange nos pidió hace tiempo que hiciésemos un terminal que funcionase sin hilera, totalmente robusto, con un panel solar que funcionase en interiores y capaz de transmitir cuando tiene energía. Eso proporcionaba a Orange el conocimiento para desarrollar terminales que fuesen aplicables a la IoT (internet de las cosas), sostenibles y sin mantenimiento”.

La electrónica, tal y como se ha diseñado, es mucho más eficaz, con una reducción del 20% respecto al 4G. La casa, como se ha concebido, es distribuida: a nivel del core de la red, no hay grandes centros de consumo de energía, sino que está distribuida en abastecimiento en toda la casa de la misma

Cristóbal Trinchante, socio fundador y co-CEO de la consultora Nae

Entre 2015 y 2021, Orange ha estrecho hasta un 95% el consumo por gigabyte en su red de telefonía. Un hito en eficiencia energética que se ha conseguido gracias a la combinación de varias acciones. Por una parte, el fomento de la compartición de redes, tanto fijas como móviles, que permite a todas las operadoras implicadas ser más eficientes. Otro aspecto importante en esta reducción del consumo son los sistemas de refrigeración, que suponen más del 30% de la confección de consumo eléctrico. “Orange fue pionero en usar el sistema de refrigeración free-cooling [en los sistemas de climatización de las estaciones base de la red de telefonía móvil], tan novedoso como usar el corriente exógeno para refrescar el corriente interior, que nos ha permitido un hucha relevante de consumo eléctrico”, explica Sala.

El propio despliegue de 5G ⎯que cuanto más se implementa, más eficiencia consigue⎯ igualmente ha sido secreto, así como el comisionamiento de equipos: la retirada de aquellos obsoletos que tienen un detención consumo energético. Por postrero, la estrecha colaboración con los fabricantes, como Ericsson, para explotar las máximas funcionalidades y tratar de compendiar el consumo, combinado con el uso de un cálculo de inteligencia industrial que ofrece un incremento de hucha adicional, han permitido esa reducción del 95% en su impacto medioambiental.

Uno de los retos de la tecnología 5G es acercar a los entornos rurales o municipios de menor población las oportunidades que ofrece esta tecnología en los ámbitos urbanos.
Uno de los retos de la tecnología 5G es avecinar a los entornos rurales o municipios de pequeño población las oportunidades que ofrece esta tecnología en los ámbitos urbanos.Pattarisara Suvichanarakul (Getty Images/iStockphoto)

Industria, campo y ‘smart cities’ sostenibles

Un nuevo estudio de la firma Ericsson subraya que el despliegue de la tecnología 5G en cuatro sectores de altas emisiones [energía, transporte, manufactura y construcción] generaría un hucha de entre 55 y 170 millones de toneladas de emisiones de CO₂ al año, el equivalente a retirar uno de cada siete coches de las carreteras de la Unión Europea: más de 35 millones, en total.

“Estas cuatro industrias, que son muy intensivas en consumo de energía, son una gran oportunidad, porque actuando en modo palanca sobre ellas podemos compendiar un 15% de emisiones de gases de carbono a la entorno, como si retiramos simultáneamente a España e Italia en lo que a emisiones europeas se refiere”, afirma Andrés Vicente, presidente y guía delegado de Ericsson Iberia.

Para conseguirlo, la secreto está en la combinación de tecnologías como cloud, inteligencia industrial, IoT con el 5G. “Esto intervendrá en muchos de los entornos donde estos sectores operan, como la procreación de energía verde, que se hace en entornos remotos, o el transporte, donde podemos tener vehículos autónomos, o protección de medio bullicio, donde pueden gastar drones monitorizando permanentemente espacios forestales. Todo esto es irrealizable sin la infraestructura rural y ese despliegue del 5G”, añade Vicente.

Las ciudades podrán ser más inteligentes y usar medios a demanda, hacer uso de las telecomunicaciones de forma más eficaz, como la ordenamiento del transporte (que se podrá explotar del 5G y su devaluación latencia y reincorporación capacidad para conectar simultáneamente distintas cosas) o una mandato del alumbrado sabido más eficaz.

Las ciudades podrán ser más inteligentes y usar medios a demanda, hacer uso de las telecomunicaciones de forma más eficaz, como la ordenamiento del transporte (que permitirá explotar el 5G y su devaluación latencia y reincorporación capacidad para conectar simultáneamente distintas cosas) o una mandato del alumbrado sabido más eficaz. Pero, ¿qué sucede con los entornos rurales y la España vaciada? Uno de los retos de la tecnología 5G es precisamente certificar que sea inclusiva, para ofrecer en los entornos rurales o municipios de pequeño población, las mismas oportunidades que permite esta tecnología en los entornos urbanos. “En este foco se han centrado las ayudas para desplegar redes 5G en municipios de menos de 5.000 y 10.000 habitantes. El objetivo es explotar no solo la sostenibilidad del 5G, sino igualmente la sustentabilidad para conseguir un mejora inclusivo, un despliegue universal en todo el circunscripción, que nos permita evitar una brecha digital que nos ha llevado décadas eliminar y, al mismo tiempo, fijar población y actividad económica en estos entornos”, concluye Matías González, Secretario Militar de Telecomunicaciones y Orden de los Servicios de Comunicación Audiovisual.

Creditos a B.P.

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