El estudio castellano Emotional Films y la Universidad Pública de Navarra están desarrollando películas que se adaptan en tiempo vivo a las emociones del espectador.
“Si el sistema detecta que no te estás riendo en una película que, supuestamente, es cómica, analizará tus redes sociales y otros datos para conseguir hacerte reír, y la película cambiará de dirección novelística automáticamente”, resumió al diario La Vanguardia Carlos Fernández de Vigo, a cargo del tesina.
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El sistema consiste en una red de diez modelos de inteligencia fabricado (IA) interconectados, que generan y adaptan el film a tal punto que nunca repite el contenido, aunque un mismo espectador la vea 100.000 veces.
Para lograrlo, estos modelos se entrenan con imágenes de personas y rostros expresando distintas emociones, con lo que producen una saco de datos soberano de sesgos. Así, el explicación resulta efectivo con cualquier persona.
Las películas “adaptadas” funcionan mejor cuanto más colabora el espectador, permitiendo que los desarrolladores accedan a los datos sobre su sede, años, artículos, clima y momento del día.
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Los responsables aseguran que eso posibilita una interacción transparente, de la que el espectador será poco consciente, pero que influye fuertemente en la trama.
“No es lo mismo ver una película romántica el 1 de febrero que verla el 14 de febrero, y siquiera es lo mismo verla solo que en compañía”, razonan. Los guionistas solo se encargan de crear a los personajes; el sistema avanza en el diálogo y las acciones.
Fernández aclara que esta tecnología no pretende sustituir al cine tradicional, sino que es “otra modo de dirigir la creación artística”, con “experiencias audiovisuales únicas y a un nivel de intimidad que hasta ahora no existía”.
FM JL
Creditos a Pablo Corso
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