La pantalla de este equipo se desplaza en dirección a la parte superior, lo que deja espacio para una pantalla mucho más vasto, cuando está en su forma compacta, adopta una dimensión de 5 pulgadas, mientras que al desplegarse llega a una dimensión de 6.5 pulgadas.
Otra discusión que igualmente abrió este equipo interiormente de los asistentes al congreso fue la posibilidad de que este caiga y por ende la pantalla se estrelle. Sin confiscación, esta idea aún es un prototipo por lo que no se sabe a detalle la resistor que puede tener.
Para un uso promedio, la configuración compacta es ideal, brindándole el aspecto portátil que todos buscamos en un teléfono más pequeño. Por otra parte, la configuración extendida es mejor para juegos y consumo de contenido, sin confiscación, todavía no es posible ver este teléfonos en las manos de las masas, aunque es un advertencia a la tendencia que algunas empresas han prohijado en las pantallas que se pliegan.
Por ejemplo, Oppo aprovechó igualmente el MWC para presentar su Oppo Find N2 Flip, un teléfono que recuerda de inmediato al Galaxy Z4 Flip, presentado por Samsung el año pasado, pero a diferencia de este par de equipos el de Motorola mantiene en una sola pantalla la lectura más compacta y la amplia.
Este teléfono funciona con un pequeño sistema motorizado para enrollar la pantalla en dirección a hacia lo alto o en dirección a debajo.
De acuerdo con la consultora Counterpoint, el mercado de teléfonos plegables creció un 52% en 2022, lo que representó la saldo de 22.7 millones de unidades. Por lo que en este año se aplazamiento un robusto impulso de este tipo de gadgets.
“Samsung lanzó el Galaxy W 23 Flip/Fold en respuesta a la robusto demanda de dispositivos plegables en China, mientras que los fabricantes chinos se están expandiendo al mercado de Europa occidental. A la luz de estos eventos, los mercados plegables de China y Europa Occidental probablemente se convertirán en el centro de una feroz batalla”, apuntó en el estudio de este mercado, Jene Park, analista senior de Counterpoint.
Creditos a Eréndira Reyes
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