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Las tecnológicas intentan fichar a los empleados de OpenAI delante la crisis de la empresa | Tecnología

La jefa de tecnología de OpenAI, Mira Murati, fue elegida por el consejo de la firma para sustituir de forma interina a Sam Altman tras el despido de este. Murati ha durado poco en el cargo a posteriori de haberse rebelado contra el despido de Altman. Es la primera en una registro de empleados que firman una carta en la que piden la dimisión de los consejeros y amenazan con irse si no se devuelve el poder a Altman. Si renuncian, pueden hacerlo tranquilos. Les llueven las ofertas. Algunas compañías como Microsoft (que ya ha fichado a Altman), Salesforce y Nvidia han comunicado abiertamente su disposición a contratar a cualquier empleado que dimita en OpenAI.

La carta había sido firmada este lunes por la indeterminación por 738 de los aproximadamente 770 empleados de OpenAI, más del 95% del total. Es un motín en toda regla, pero no está claro que eso vaya a hacer rectificar a los consejeros independientes de OpenAI que se han hecho con el control de la compañía en detrimento de los fundadores. Su cometido es que la inteligencia sintético beneficie a toda la humanidad y ellos creen que hay demasiado aventura en desarrollarla de forma acelerada. Han contratado como nuevo asesor delegado a un partidario de frenarla, Emmett Shear, y no rinden cuentas a inversores ni accionistas.

En la carta de los empleados hay una frase reveladora dirigida a esos tres consejeros independientes: “Ustedes incluso informaron al equipo directivo de que permitir la destrucción de la empresa sería coherente con la cometido”, dicen. La carta ocupa poco más de media página, pero con la registro de las más de 700 firmas, ya se alarga hasta 15 páginas.

El párrafo más duro es este: “Sus acciones han dejado claro que son incapaces de supervisar OpenAl. Somos incapaces de trabajar para o con personas que carecen de competencia, motivo y cuidado para nuestra cometido y empleados. Nosotros, los debajo firmantes, podemos optar por renunciar a OpenAI y unirnos a la recién anunciada filial de Microsoft dirigida por Sam Altman y Greg Brockman. Microsoft nos ha asegurado que hay puestos para todos los empleados de OpenAl en esta nueva filial si decidimos unirnos. Daremos este paso de forma inminente, a menos que todos los miembros actuales del consejo dimitan, y el consejo nombre a dos nuevos consejeros independientes principales, como Bret Taylor y Will Hurd, y reincorpore a Sam Altman y Greg Brockman”.

Microsoft ha dejado claro que está dispuesta a contratar a los empleados de OpenAI. De alguna forma, es casi como comprar la empresa, pero sin retribuir por ella y sin tener que someterse al exploración de las autoridades de competencia. El anuncio del fichaje de Altan y Brockman fue recibido este lunes positivamente por los inversores. Las acciones de Microsoft subieron un 2% y cerraron al precio más stop de su historia. La compañía vale 2,8 billones de dólares en Bolsa.

Pero el cíclope tecnológico no es el único que quiere pescar en río revuelto. En un mensaje en la red social X, el asesor delegado de Salesforce, Marc Benioff, ha dicho que está dispuesto a igualar las condiciones de cualquiera de los investigadores de OpenAI que deje la empresa. Les ha pedido que le manden directamente el currículo a su correo electrónico corporativo. La idea es que se incorporen a su equipo denominado “Inteligencia sintético de confianza Salesforce Einstein”.

Benioff ha acompañado la ofrecimiento con un vídeo de su campaña de publicidad en la espectacular esfera de Las Vegas durante el premio de Fórmula 1 del pasado fin de semana. Luego ha insistido con otro mensaje específicamente dirigido a aquellos trabajadores extranjeros de OpenAI que puedan ver peligrar su visado y su situación procesal en Estados Unidos.

Otro que ha acostado el arponcillo es Jim Fan, irrefutable de inteligencia sintético de OpenAI. A través de la misma red social, ha pedido incluso que le envíen las candidaturas a su correo electrónico: “Mi equipo en Nvidia está contratando. Os ❤️ a todos los de OpenAI. Ingenieros, investigadores, equipo de producto, por igual”, ha escrito y ha tratado de mostrarse empático: “Si quieres una excusa para aventurar a juegos como Minecraft en el trabajo: soy tu hombre. Estoy impresionado por los acontecimientos. Solo puedo asomar a comprender la profundidad de lo que debes estar pasando. Por distinción, no dudes en escribirme si hay poco en lo que pueda ayudarte, o solo para saludarme y compartir cualquier cosa de la que quieras murmurar. Sé escuchar”.

Otras compañías no han mostrado sus bazas, pero el lista de 15 páginas con los nombres de los empleados de OpenAI es un reservas para cualquier cazatalentos del sector. Los trabajadores de OpenAI pueden dimitir tranquilos.

En efectividad, este lunes seguía habiendo un pulso para ver si aún era posible el regreso de Altman. A la presión de los empleados se suma la de los inversores que han confiado su billete a una de las filiales de OpenAI que sí tiene talante de beneficio, aunque prohibido. Pero el control de esa filial depende la matriz sin talante de beneficio y exenta de impuestos, gobernada por ese consejo de sucursal que ha quedado limitado a cuatro miembros. Lo cierto es que OpenAI dejaba claro que volver en ella era una reto “de stop aventura”. Los inversores pueden perder todo el billete sin alcanzar ningún retorno, advierte en su página web, que va todavía más allá: “Sería prudente considerar cualquier inversión en OpenAI Integral, LLC con el espíritu de una donación, en el entendimiento de que puede ser difícil aprender qué papel desempeñará el billete en un mundo post inteligencia sintético caudillo”.

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Creditos a Miguel Jiménez Habitante

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