Este extremo dato es relevante para los jugadores de Nintendo, pues es popular que no reciban la misma interpretación de los videojuegos que además están disponibles en consolas de longevo potencia gráfica. El caso más popular es la franquicia FIFA, desarrollada por Electronic Arts, que no es la misma en Nintendo Switch que en PlayStation o Xbox.
Por otra parte, este movimiento de la tecnológica tiene la intención de mostrar su interés por compartir Call of Duty con otras compañías de videojuegos, el cual ha sido el tema central de la polémica para completar la adquisición de Activision Blizzard.
Sin bloqueo, es relevante mencionar que el anuncio no incluye a Sony o PlayStation, pues aunque además se ofreció un compromiso similar desde hace unos meses, la empresa no ha aceptado. “Estamos en contacto con Microsoft y no tenemos comentarios sobre nuestras negociaciones privadas”, dijo un vocero de Sony al Financial Times a inicios de este mes.
Actualmente, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) está intentando incomunicar el acuerdo de importación, al igual que sucede en Europa, específicamente con el organismo regulador del Reino Unido.
De hecho, la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA, por sus siglas en inglés), señaló que la importación de un estudio tan importante en la industria de los videojuegos “podría resultar en precios más altos, menos opciones o menos innovación para los jugadores del Reino Unido”.
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