El 10 de febrero de 2009 la comunidad científica mundial fue sorprendida por un montaña sin precedentes en la historia de la astronomía: el primer choque de satélites en el espacio de la historia
Emprendedor el 14 de septiembre de 1997 por Estados Unidos, el Iridium-33 colisionó, de modo totalmente imprevista, con el Cosmos-2251, que Rusia había puesto en esfera el 16 de junio de 1993 desde el cosmódromo de Plesetsk a costado de un cohete «Cosmos 3M, lo que generó una enorme cantidad de basura espacial.
El histórico choque entre estos los satélites de 900 y 560 kilos de peso respectivamente, en el espacio tuvo ocupación, a las 16:55 horas GMT, a 776 kilómetros de prestigio sobre la península de Taimyr, en Siberia, a una velocidad de 42.000 kilómetros por hora, lo que provocó que entreambos satélites se destruyeran por completo.
“Fue un mal día para entreambos”, comentaba, pocos minutos a posteriori de conocerse la aviso, Nicholas Johnson, investigador del Centro Espacial de Johnson, en Houston, al sitio especializado Space.com
“Hasta ahora, solo se tenía registro de colisiones menores de chatarra espacial, pero nunca habían chocado dos satélites enteros”, agregó el doble norteamericano.
Las primeras investigaciones por radar del Ejército estadounidense concluyeron. que el choque dejó flotando en el espacio aproximadamente unas 600 piezas, en tanto que los científicos confirmaron que la Fase Espacial Internacional (ISS) y su tripulación no corrían ningún aventura.
“Si acertadamente los trozos que quedaron de los satélites circulan a una prestigio de entre 500 y 1.300 kilómetros, habrá que analizar de forma permanente la naturaleza de la cirro de chatarra ya que, ahora, el principal peligro que existe es que algunas partes colisionen con viejos satélites de espionaje soviéticos que llevan reactores nucleares a costado”, explicaba el por entonces comandante ruso de las fuerzas de seguridad responsables del espacio, Alexander Jakushin.
Cerca de memorar que el sanemiento de toda el campo de acción que resultó en extremo contaminada por material nuclear como consecuencia del impacto entre estos dos poderosos satélites requirió de varios millones de dólares que fueron desembolsados por los gobiernos de Estados Unidos y de Rusia.
Creditos a Luis Rodriguez
Fuente