La Inteligencia Químico (IA) tiene “el potencial necesario para afrontar algunos de los mayores desafíos de la educación flagrante e innovar las prácticas de enseñanza y estudios”. Lo dice la Ordenamiento de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Civilización (Unesco). Por ello, la IA está consiguiendo resultados que no logra el sistema tradicional: ayudar a los pequeños a desarrollar su mayor potencial gracias a la personalización del estudios en áreas esencia para su formación: matemáticas y comprensión lectora. Disciplinas en las que el propio Gobierno ha obligado que no se están logrando buenos resultados en los colegios españoles –como ha quedado demostrado una vez más en los últimos Informes PISA- y precisan de un plan de refuerzo.
“Las matemáticas en primaria son importantes porque los niños que desde pequeños dominan los números suelen ir aceptablemente en el colegio. Y, más delante, a los que fueron buenos en matemáticas en el instituto les va aceptablemente en el mercado gremial”. Son algunas de las conclusiones que extrajo hace más de una lapso Greg Duncan, un investigador de la Universidad de California, a partir de un contrastado trabajo sobre predicciones de éxito colegial. Duncan está convencido de que la mejor arsenal que tiene una comunidad para estabilizar que a su hijo le irá aceptablemente en la vida es conseguir que en el colegio le motiven con las matemáticas.
Los alumnos de Smartick hacen a diario una sesión de solo 15 minutos, adaptada con exactitud a su capacidad individual, tras haberles realizado una evaluación original: practican ejercicios que sean capaces de resolver pero que, a la vez, supongan un desafío asequible para que se mantengan motivados
Paralelamente, dos emprendedores españoles, preocupados por los malos resultados del país en el documentación PISA ⎯que continúan sin indicios de restablecimiento⎯, se propusieron crear una aparejo capaz de adaptarse al nivel de cada chaval en matemáticas para dotarle así de la confianza necesaria a la hora de dominar los números.
Y parece que está funcionando. Un potente equipo de docentes y una inteligencia fabricado concebida para adaptarse a cada respuesta del chaval ha hecho que, en escasamente diez abriles, los miles de alumnos del Método Smartick ⎯así se ardor⎯ han trillado cómo mejoran sus notas y desaparece su ansiedad frente a las matemáticas. Ellos no han sido los únicos beneficiarios. Los progenitores además han ahorrado clases de refuerzo, academias, profesores particulares y preocupación por el desempeño escolar de sus pequeños.
Los primeros niños del método están ya en la universidad, estudiando exigentes grados universitarios con prometedoras expectativas profesionales. Desde hace tres abriles, Smartick, por otra parte, ofrece un software de restablecimiento de la repaso y comprensión lectora. Con la IA, que permite adaptarse en tiempo existente a las respuestas de cada chaval, y con tutoriales interactivos, este método, diseñado para edades de 4 a 14 abriles, atiende a alumnos de todos los niveles: potencia a aquellos que avancen más que la media de la clase y acompaña y refuerza a los que tengan mayores dificultades para que no se queden antes. El software de repaso de Smartick es fundamental para acaecer de “memorizar a interpretar a memorizar leyendo”, como tienen que hacer desde los ocho abriles, una permanencia en la que amenaza el fracaso escolar, precisamente al flaquear la comprensión lectora.
Los alumnos de Smartick hacen a diario una sesión de solo 15 minutos, adaptada con exactitud a su capacidad individual, tras haberles realizado una evaluación original: practican ejercicios que sean capaces de resolver pero que, a la vez, supongan un desafío asequible para que se mantengan motivados. “Nuestros alumnos además trabajan el esfuerzo, la constancia, la superación de la frustración y la autonomía, porque insistimos en que realicen su sesión sin ayuda”, explica Javier Regato, cofundador de Smartick, sobre competencias esencia además para la vida. Adaptarse a cada educando hace que el método sea además muy efectivo para niños con deyección educativas especiales, como TDHA, dislexia o discalculia, por otra parte de altas capacidades.
Un estudios basado en evidencias científicas
El método incorpora las mejores metodologías docentes, basadas en evidencias científicas. “Tenemos un equipo de didáctica muy potente que se encarga de estudiar varios enfoques pedagógicos y filtrar de guisa rigurosa los que mejor funcionan a nivel mundial. Tenemos ejercicios para los más pequeños inspirados en Montessori, pero además del Método Singapur, sin desdeñar los enfoques más clásicos que han funcionado siempre”, añade Regato. Otra de las ventajas de ser online es poder hacer las sesiones a la hora que escoja cada uno y sin salir de casa, poco que facilita la conciliación de las familias que reciben por correo electrónico el resultado de los ejercicios realizados.
Que el educando aprenda es siempre el longevo combate de la educación que, en Smartick, se comprueba a diario: “Nos aseguramos de que aprendan aceptablemente porque nuestras sesiones no dejan de ser un test continuo. Así confirmamos que los alumnos van dominando cada alcoba de conocimiento nuevo del jerga matemático y de repaso”, explica Regato. “En cuanto a la postura, la gamificación y el diseño atractivo les mantiene concentrados. Smartick está diseñado para estabilizar la máxima atención en los ejercicios, pero no para mantenerles enganchados a las pantallas más de 30 minutos”, añade.
Tenemos un equipo de didáctica que estudia varios enfoques pedagógicos y filtra los que mejor funcionan a nivel mundial. Tenemos ejercicios para los más pequeños inspirados en Montessori, pero además del Método Singapur, sin desdeñar enfoques más clásicos que han funcionado siempre
Javier Regato, cofundador de Smartick
En pleno debate sobre el injusticia de las pantallas en los niños, este método de estudios es una excelente opción para el mejor uso de la tecnología y la inteligencia fabricado. “Las familias que acuden a nosotros tienen claro que quieren permanecer todas las puertas abiertas al futuro de sus hijos. Odiar las matemáticas te cierra el comunicación a las carreras tecnológicas, científicas, a las ingenierías o a un uso un poco más sofisticado de los números. Y una comprensión lectora aceptablemente desarrollada sirve para todas las opciones, además en las que se va a valorar el pensamiento crítico y la creatividad”, añade el cofundador del método.
Smartick ha incorporado contenidos de pensamiento crítico y programación en las sesiones de matemáticas y de repaso, proporcionando un enfoque único en el mercado que potencia la razonamiento, el razonamiento y la programación. Para ello, han contado con expertos en filosofía para niños, que se han sumado a un equipo de 100 personas en el que hay matemáticos, docentes, programadores, pedagogos, lingüistas y un sección de atención pedagógica que resuelven dudas porque, aunque Smartick hace el mejor uso de la inteligencia fabricado, es consciente de la importancia del trato humano. En la ahora, ofrece un periodo de prueba gratis de siete días.
Creditos a J.L.G.
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