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MWC2023: Martin Cooper, el ingeniero que realizó la primera llamamiento de móvil hace 50 abriles: “Estamos solo en el principio” | Tecnología


Este ingeniero estadounidense fue agradecido con el Príncipe de Asturias por su fantasioso invento: el teléfono móvil. Martin Cooper (Chicago, 94 abriles) entra en la sala de prensa del Mobile World Congress en Barcelona y sonríe. En su faltriquera, un iPhone nuevo. “Los pruebo todos”, reconoce. Se dispone a contar cómo fue esa primera llamamiento por enésima vez. Desmiente rotundamente que se inspirara en el comunicator que usaba el capitán Kirk en la mítica serie televisiva Stark Trek. Pero, sí, era un zapatófono que funcionó y lo colocó en la historia de la tecnología para siempre.

Pregunta. ¿Todavía le quedan ganas de asistir a un Mobile World Congress?

Respuesta. Lógicamente. Creo que estamos comenzando en esta industria. Posteriormente de 50 abriles, estamos solo en el principio de lo que vamos a obtener en telefonía móvil e internet. Las áreas que van a protagonizar una revolución son tres: la educación —los profesores deberán enseñar a usar la red y a discriminar la información falsa—, la medicina —ahora podemos usar sensores para conocer qué pasa en el cuerpo humano cada minuto, podemos conectarnos a un ordenador que analice esos datos y cure la enfermedad antaño de que llegue— y la tercera es la colaboración, poder trabajar conjuntamente cuando la distancia y el tiempo no tienen significado. La productividad del ser humano crecerá de forma que se llegará a erradicar la pobreza. Esa son las grandes esperanzas.

P. Una visión ciertamente eufórico.

R. Soy un eufórico, pero si no lo fuera no estoy seguro de que hoy en día hubiera teléfonos móviles.

P. El 3 de abril de 1973 realizó la primera llamamiento con el Dyna-Trac, un prototipo de Motorola, la empresa para la que trabajaba entonces. ¿Qué recuerda de esa llamamiento?

R. Presente que mi compañía estaba amenazada por la competencia. Pensé que la forma de nombrar la atención era demostrar el futuro de los teléfonos móviles con poco que interesara y me permitieron crear el primer maniquí. Mi equipo lo diseñó en tres meses, unimos toda la tecnología acondicionado. Teníamos que salir en una esclavitud de televisión, pero aquella mañana nos cancelaron el software. Había determinado más importante que nosotros. Así que avisamos a un periodista e hicimos la llamamiento. Ese teléfono era único en su clase. Funcionó unos minutos y luego se rompió.

P. Usted es el Graham Bell de la telefonía móvil.

R. Las ideas son importantes, pero ponerlas en ejercicio requiere a mucha muchedumbre participando. Pero el mundo me ha tratado muy admisiblemente y lo agradezco. Éramos conscientes de lo que hacíamos, lo sabíamos y la prueba es que en la contemporaneidad hay más móviles que personas en el planeta. Lo importante es conocer cuándo la tecnología está preparada y era ese el momento, 1973.

P. Palabra de educación, de predecir el futuro. ¿A qué años hay que darle un móvil a un pibe?

R. Es una respuesta complicada, solo puedo murmurar de mi experiencia personal. Mi hija a veces llegaba a tarde a acoger a mi nieto de cinco abriles y le dio un teléfono. ¿Por qué no hay móviles para niños, exclusivamente para ellos? Mi esposa creó una compañía de teléfonos que se centraba en un mercado específico, la muchedumbre anciano, con un maniquí diseñado de forma muy simple. ¿Por qué no diseñar un móvil para niños con sus juegos educativos? Yo creo que todo el mundo es diferente al resto y los teléfonos deberían diseñarse para la persona, deberían humanizarse y diseñarse teniendo en cuenta el ADN del heredero. ¿Por qué no tener el teléfono bajo la piel para poder realizar llamadas sin recargar porque tu cuerpo es la conjunto?

P. Veo un problema: el tiempo que empleamos al día enganchados a la telefonía.

R. Sí, lo es. Lo pienso cuando conduzco y veo a esa muchedumbre caminando con el teléfono sin mirar a nadie más. Pero todo avance tiene aspectos negativos. Yo creo en la muchedumbre, en la humanidad, y creo que lo solucionaremos. La parte más importante de la tecnología es cómo afecta a la muchedumbre.

P. ¿Cuánto usa el móvil ahora?

R. No mucho. Cuando mi mujer me da órdenes, lo hace a través del móvil. Una de las cosas que he aprendido es que no tienes que contestar el teléfono, te pueden dejar un mensaje o una foto. Ahora me dedico a asesorar a compañías, a pensar en el futuro, no necesito estar conectado todo el tiempo.

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Creditos a Ana Pantaleoni Giralt

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