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Monitorean con satélites el témpano que se desprendió en la Antártida

El Instituto Austral Argentino (IAA) obtuvo las primeras imágenes satelitales nítidas del témpano que se desprendió el pasado domingo de la Antártida, cuya superficie equivale a siete veces la Ciudad de Buenos Aires. El iceberg está siendo monitoreado para evitar que afecte el trayecto del rompehielos ARA Almirante Irízar, que zarpará desde Ushuaia alrededor de el continente blanco.

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, aseguró que el incremento satelital argentino «no solo nos brinda información secreto que nos permite, como en este caso, contar con datos actualizados del movimiento témpano para cumplir con éxito la segunda etapa de la Campaña Antártica de Verano 2022/23, sino que es una cámara fundamental para alcanzar un sistema científico-tecnológico soberano», según un comunicado difundido esta tarde por la cartera.

Un iceberg 15 veces más magnate que París se desprendió de la Antártida

Se alcahuetería de dos imágenes que fueron tomadas por el adiátere argentino Saocom 1A de la Comisión Doméstico de Actividades Espaciales (Conae): una de ellas se registró el lunes a las 14 horas y la segunda, que muestra al témpano más separado, fue obtenida ayer.

«Hay otras imágenes del témpano circulándose, pero son ópticas y tienen nubes. En cambio, esta imagen tomada por el adiátere argentino tipo radar es más nítida porque la luz la genera el propio adiátere, envía una señal de radar, atraviesa las nubes, llega hasta la superficie y vuelve. El adiátere puede ver a través de las nubes», explicó a Télam Sebastián Marinsek, patrón del Unidad de Glaciología del IAA.

La encomienda Saocom 1, integrada por dos satélites de observación de la Tierra, Saocom 1A y 1B, equipados con radares de comprensión sintética en pandilla L fueron desarrollados y fabricados en distintos puntos de la Argentina por la Conae próximo con la empresa Invap, contratista principal para el tesina; la empresa VENG S.A., la Comisión Doméstico de Energía Atómica (CNEA) y el Liga de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) de la Universidad Doméstico de la Plata (UNLP), entre otras 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema verificado tecnológico del país.

Según Filmus esta encomienda se convirtió en «un caso paradigmático» en cuanto al objetivo que plantearon desde el Gobierno franquista de recuperar «nuestro Plan Espacial Doméstico». Asimismo, el funcionario reafirmó la falta de reivindicar la soberanía sobre el denominado Sector Austral Argentino que «está fundamentada, entre otros argumentos, en el incremento de actividad científica franquista en la Antártida desde hace más de un siglo».

Los riesgos del témpano

Marinsek advirtió que el peligro que presenta el iceberg es que se mueve y es una hormaza que tiene 40 metros de suspensión, 40 kilómetros de orondo y 60 kilómetros de espacioso. «Si un barco se lo encuentra de frente tiene que dar la revés o esquivarlo, ese es el problema; es un objeto muy magnate de 1.500 kilómetros cuadrados», explicó el verificado.

El habituado en glaciares afirmó que el desprendimiento «no va a afectar a Pulvínulo Belgrano II de Argentina», ubicada a 350 kilómetros del oportunidad, pero aclaró que «es necesario monitorear cuando pase el rompehielos Irízar que esté a una distancia prudencial».

¿Qué pesquisa Argentina en la Antártida?

«Cuando el helero es muy magnate los témpanos que se desprenden además son grandes, entonces 1.500 kilómetros cuadrados contra 14 millones es una porción chiquita con respecto a la Antártida, es importante ponerlo en proporción», aclaró.

Por otra parte, Marinsek señaló que se trató de un desprendimiento «natural» vinculado al propio ciclo de los glaciares. «El desprendimiento se dio por causas naturales y por el momento no detectamos fauna en la zona, porque en algunos meses se congela ese oportunidad y el témpano quedará atrapado ahí con el agua congelada, tranquilo hasta que el año que viene se descongele de revés. Desde el punto de vida humano, presenta un problema de navegación a considerar«, añadió.

En cuanto al nivel del mar, aseguró que el témpano no afectará porque «ya estaba flotando desde antiguamente de desprenderse y lo sigue haciendo» y «tarde lo que tarde en derretirse, ya está en contrapeso con el mar». En tanto, sobre informes de características similares, recordó que en 2017 se desprendió un témpano de 6.000 kilómetros cuadrados, y en 2021 otro de 1.200 kilómetros cuadrados.

Así era la Antártida hace 40 millones de abriles

El lunes, el British Antarctic Survey (BAS), un organismo que investiga las regiones polares, había informado que el bando de hielo se desprendió de la banquisa entre las 19 y las 20 del domingo, luego de que una esforzado marea ensanchara una hueco que ya existía en la plataforma de hielo.

Esta información además fue confirmada por el registro sísmico en la época sismográfica BELA, perteneciente a la Red Argentino-Italiana de Sismógrafos Antárticos (Asain) que opera en la Pulvínulo Belgrano II. Se alcahuetería de una red permanente de sismógrafos de adhesión sensibilidad que opera en la Antártida desde 1995.

RB/fl
 

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Creditos a Rosario Bernasconi

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