Investigaciones recientes determinaron que la fuerza de compromiso podría ser la causa subyacente de los síntomas dolorosos del síndrome del colon irritable. La intrigante hipótesis fue plasmada en un noticia publicado en el American Journal of Gastroenterology.
Brennan Spiegel, profesor de medicina y salubridad pública en el Hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles, propuso que la dificultad del organismo para manejar la compromiso podría explicar por qué algunos pacientes desarrollan los síntomas más severos del colon irritable, que abarcan múltiples malestares que varían en cada individuo: dolor estomacal, diarrea, hinchazón, sudoración e incluso taquicardia.
Hasta el momento se barajaban otras hipótesis como la principal causa de la afección. La comunidad científica ya expuso que el trastorno se potencia con el estrés y los histerismo «hipersensibles» que repercuten en la salubridad del intestino; otras líneas de investigación plantearon que los fuertes dolores se deben a señales de intercambio «mal emitidas» entre el cerebro y el intestino, adicionalmente de apuntar a anormalidades en nuestros microbios intestinales.
Si proporcionadamente los tratamientos existentes son diversos, cambiar los hábitos alimenticios se convirtió en una praxis que funciona de forma efectiva en casi el 70% de los casos. Todavía se suelen incluir laxantes y antiespasmódicos para mitigar los síntomas más molestos.
Spiegel examinó «los mercancía fisiológicos de la compromiso» en el organismo
El «examen mental» del profesor Spiegel se basamento, según el artículo publicado, en hechos y estudios previos que evidencian «los mercancía fisiológicos de la compromiso» en el cuerpo humano.
En palabras del investigador, «la compromiso es una fuerza tan fundamental que rara vez notamos su influencia constante en nuestra salubridad».
«Nuestros intestinos, columna vertebral, corazón, histerismo y cerebro han evolucionado para controlar la compromiso, pero pueden decidir», argumentó el profesional en Good Health.
Desde esta óptica, Spiegel argumentó la compromiso, por ejemplo, puede hacer que los órganos se desplacen en dirección a debajo, moviéndose desde su posición frecuente. Asimismo, el objetivo de compresión en la columna puede achicar nuestra flexibilidad con el tiempo.
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«El contenido estomacal es pesado, como un saco de papas que estamos destinados a cargar toda nuestra vida», explicó el versado.
«El cuerpo evolucionó para alzar esta carga con un conjunto de estructuras de soporte», aseguró. ‘Si estos sistemas fallan, por ejemplo, los músculos rodeando de los intestinos se debilitan, entonces pueden ocurrir síntomas como calambres y dolor, inmediato con problemas musculoesqueléticos«..
«Estos problemas físicos pueden, a su vez, afectar el movimiento natural del intestino, parar la digestión o causar un aumento anormal de bacterias en el intestino delgado», razonó Spiegel. «Esto asimismo puede ayudar a explicar por qué la fisioterapia y el adiestramiento son efectivos para el síndrome del intestino irritable, porque estas intervenciones fortalecen los sistemas de apoyo».
El rol de la serotonina en las afecciones intestinales
Todavía deben ser considerados los niveles de serotonina intestinal, mensajero químico que en el cerebro se vincula directamente con el estado de talante, pero en el intestino ayuda a controlar el movimiento, las secreciones de la horma intestinal y la inflamación.
Investigaciones realizadas en 2020 detectaron que los niveles de serotonina en el colon eran diez veces más altos en los pacientes que padecían la afección.
En función de dichas evidencias, «la serotonina puede acontecer evolucionado, en parte, para controlar la compromiso en los sistemas del cuerpo», consideró el investigador.
“Cuando la producción de serotonina es anormal, las personas pueden desarrollar el síndrome», que incluye «ansiedad, depresión, fibromialgia y pesadumbre crónica”, enumeró.
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La «teoría de la compromiso» fue objeto de críticas
La curiosa «teoría de la compromiso» de Spiegel no obtuvo el respaldo acorde de la comunidad científica. El Dr. Simon Smale, gastroenterólogo asesor y asesor de IBS Network, opinó al respecto que «la compromiso es universal», mientras que el síndrome del colon irritable no lo es en invariable.
El médico se refirió a otras factores que a su prudencia son «mucho más importantes», vinculados con «el estilo de vida y la dieta, que afectan la combinación del microbioma, el sistema nervioso intestinal y la función del sistema nervioso central y cómo interactúan entre sí».
«El sueño, el estrés y el adiestramiento pueden ser factores que influyen en los síntomas», agregó Simon Smale
«El otro problema es que al postular que una fuerza universal es causal, uno tiene que considerar cómo se pueden desarrollar estrategias para mitigar esta fuerza universal», aseguró el comprobado.
Con respecto a este punto, Spiegel planteó que existen terapias y experiencias capaces de romper con la compromiso.
«Desde que publiqué mi «hipótesis de la compromiso», he recibido muchas notas de pacientes que comparten cómo las ideas parecen alinearse con su experiencia vivida», puntualizó.
En ese sentido, algunas personas describieron cómo la praxis de posturas de yoga invertidas o la realización de ejercicios que trabajan el suelo pélvico y fortalecen el core reducen notablemente los síntomas.
«Otros», justificó el ingenioso profesor, «describen cómo pirarse en aviones, bucear, estar en montañas rusas o columpiarse en columpios desencadena síntomas».
CA
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