Mientras como todas las tardes jugaba cerca de la escuela a la que concurre en la población de Vestland, ubicada 426 kilómetros al noroeste de Oslo, la caudal de Noruega, una pupila de8 abriles se llevó una enorme sorpresa al encontrar una piedra pequeña oculta entre un montón de rocas que le llamó poderosamente la atención.
La curiosidad por conocer de qué se trataba hizo que Elise le mostrara su hallazgo a su maestra, Karen Drage, quien, al sospechar de que no se trataba de una piedra global y corriente, se puso en contacto con las autoridades arqueológicas locales para que la inspeccionaran.
Fue así que, tras examinar minuciosamente a la pequeña piedra, la arqueóloga Louise Bjerre Petersen determinó que se trataba nadie menos que de una daga que data de la Época de Piedra, o sea, de hace aproximadamente unos 3.700 abriles.
Según explicó la arqueóloga a través de un comunicado, la daga de tonalidad entre grisáceo y pardo mide 5 centímetros de espléndido y, sorprendentemente, conserva sus extremos muy adecuadamente afilados y parecer tener sido blanco de una gran cantidad de golpes. “La piedra resultó ser una hermosa dada de pedernal del Neolítico. Es una daga increíblemente fina y muy rara de encontrar”, afirmó la diestro.
“Este tipo de daga a menudo se encuentra contiguo a hallazgos de sacrificio. Por su estilo, el cuchillo data probablemente de hace en torno a de 3.700, en pleno Neolítico, una época en la que los humanos prehistóricos moldearon herramientas de piedra, comenzaron a servir de plantas y animales domesticados, construyeron aldeas permanentes y desarrollaron artesanías, como la cerámica”, agregó Petersen.
Motivados por ese extraño y valioso hallazgo, Petersen y su equipo de colaboradores excavaron en el radio donde Elise había incompatible la milenaria daga, pero, para su mala fortuna, no lograron encontrar ningún otro objeto de la Época de Piedra
La daga de piedra fue trasladada hasta el Museo Universitario de Bergen, donde, tras ser examinada y debidamente catalogada por los especialistas, será exhiba al manifiesto.
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Creditos a Luis Rodriguez
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