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Los asalariados sénior son más fieles a los negocios, mientras que los jóvenes prefi…

Los asalariados pertenecientes a la procreación del baby auge –los nacidos entre 1950 y 1964- son los que más valoran la estabilidad y la franqueza al negocio que les contrata. Por el contrario, los millenials son más inconformistas y exigentes, y buscan la flexibilidad y la autonomía en sus puestos de trabajo.  

Así lo mostró un nuevo estudio cuidado por Jobatus, uno de los portales de empleo más utilizados en España, que bebe de una pesquisa formulada entre más de 10.000 asalariados para identificar las expectativas y aspiraciones laborales de las diferentes generaciones que ya forman el mercado gremial castellano.  

Sus conclusiones muestran grandes diferencias entre los asalariados más jóvenes y los más veteranos, así como una clara división entre las diferentes generaciones que en este momento forman la población activa. “Cada una tiene unas prioridades, motivaciones y visiones distintas sobre el trabajo, marcadas por el contexto social, crematístico y tecnológico en el que han crecido y se han formado”, explicaron desde la plataforma.” 

Las fórmulas de trabajo flexibles son más importantes para la procreación millenial 

Uno de los aspectos que más lumbre la atención el estudio de Jobatus es la diferencia entre los asalariados más veteranos y los jóvenes con respecto a las fórmulas de trabajo flexible. Adicionalmente, las aspiraciones entre generaciones además son suficiente dispares, dependiendo del momento de la trayectoria de los empleados.  

Así, los llamados baby boomers –los nacidos entre 1950 y 1964- son los que más valoran la estabilidad y la franqueza a la empresa, así como el registro de su trayectoria y experiencia. “Su principal temor es perder su puesto de trabajo o no encontrar uno concorde a su personalidad. Su aspiración es persistir o mejorar su nivel de vida y disfrutar de su renta”, explicó el estudio. 

La subsiguiente procreación, denominada Procreación X, zapatilla a los asalariados nacidos entre 1965 y 1979. Según resaltó el referencia, éstos son los asalariados más ambiciosos y competitivos del mercado gremial, ya que buscan la promoción y el crecimiento profesional internamente de la empresa. Su principal temor es quedarse estancados, mientras que su aspiración es encontrar un consistencia entre sus vidas personales y laborales sin renunciar a una buena remuneración.  

Por su parte, los millenials, nacidos entre 1980 y 1995, son la procreación más inconformista y severo. “Buscan la flexibilidad, la autonomía y el propósito en su trabajo. Su principal temor es trabajar demasiado o no encontrar un trabajo que les apasione, mientras que su aspiración es desarrollar su potencial y contribuir a un cambio social positivo”, explicaron desde Jobatus. 

Por extremo, el estudio concluye analizando las características de la última procreación que se ha incorporado al mercado gremial: la Procreación Z, formada por aquellos asalariados que han nacido a partir de 1995. Según el referencia, son los más adaptados a la era digital y globalizada, aunque su principal temor se encuentra en no contar con las habilidades y competencias necesarias para ceder a un trabajo. “Su aspiración es ilustrarse constantemente y tener oportunidades de movilidad e internacionalización”, resaltaron. 

Tal y como explicaron desde Jobatus, el objetivo del estudio es “ayudar tanto a los negocios como a los asalariados a entender mejor las evacuación y demandas del mercado gremial flagrante y futuro, así como adaptarse a los cambios y oportunidades que se presentan. El estudio además sirve para revelar las claves para diligenciar la multiplicidad generacional en las organizaciones”, poco que no está ocurriendo, por ejemplo, en sectores de actividad como el Comercio, donde el licencia es cada vez más complicado.  

En este sentido, el presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Rafael Torres, expresó a este diario hace unas semanas la exigencia de encontrar a jóvenes autónomos que estén dispuestos a trabajar en un sector que lleva abriles en caída independiente. “Tiene que ver con la sensación que está trasladando el pequeño comercio. No es atractivo para que cualquiera novato decida coger un negocio, adaptarlo y modernizarlo a los nuevos modelos y hábitos de consumo”, valoró. 



Creditos a: Joaquín Aragonés

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